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Los nostálgicos seguidores de Guaraní tienen aún un breve tiempo para tomarse las fotos con el Tobogán de fondo, la empinada tribuna que tiene una denominación secundaria: Camino al cielo.
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Dentro del proceso de demolición y modernización de estadios, un equipo de ABC recorrió ayer dos de ellos, el Rogelio Livieres, que será totalmente nuevo y el Feliciano Cáceres del Sportivo Luqueño, que será objeto mejoras y ampliación, contando con una nueva gradería preferencial, con las cabinas de prensa y los palcos mantenidos, por una cuestión de costo. Los otros tres sectores ya están apuntalados.
Mediante las imágenes captadas por un drone, en Dos Bocas se puede apreciar que el trabajo de derrumbe superó el 50 por ciento. Quedan la parte baja preferencia y luego el Tobogán, al que costaba acceder, no precisamente por la cuestión económica, sino porque se requería de cierta condición física para superar los escalones.
Las personas ubicadas allí, en lo más alto, necesitaban tener un buen estado y obviamente, tendrían que estar al margen de problemas de vértigo. Descender se hacía más fácil, aunque con la precaución debida, porque un resbalón podía causar el paso directo del coliseo deportivo, al hospital.
El añejo escenario aurinegro generó miles de anécdotas. Ahora, Guaraní se adecua a los nuevos tiempos en cuanto a infraestructura. Lo ideal es que tenga un crecimiento deportivo proporcional.