La ISL, minicampeonato que comenzará el 12 de octubre para durar 10 semanas, tendrá ocho equipos que dispondrán cada uno de un “marquee player”, un fichaje extranjero de dimensión internacional, para suscitar el apetito del telespectador indio.
Último fichaje de marca, Nicolas Anelka, que jugará con el club de Bombay, el FC Mumbai City, se cruzará con David Trezeguet, fichado por el FC Pune, o Del Piero, del Delhi Dynamos, mientras que el guardameta inglés David James defenderá el arco de los Kerala Blasters.
Robert Pires, por su parte, jugará con el FC Goa, entrenado para la ocasión por el brasileño Zico, mientras que Marco Materazzi será entrenador-jugador de Chennai, al sur del país.
India ocupa el puesto 158 en la clasificación de la FIFA y el fútbol solo despierta interés en algunas regiones, como Calcuta al este, Goa o el Estado de Kerala, y fue llamado el “gigante dormido” por Sepp Blatter, el patrón de la FIFA.
En la televisión, el Campeonato de Inglaterra suscita sólidas audiencias pero el indio nunca ha logrado despegar y la ISL sufrió varios retrasos antes de nacer. En este desierto del fútbol, los propietarios de las ocho franquicias esperan poder reproducir el éxito de la IPL, el torneo de cricket de gran eco mediático y comercial, que opone a las ocho franquicias con los mejores nombres del deporte favorito de los indios.
Para ganar su apuesta, la ISL se apoya en potentes patrocinadores como el grupo Reliance Industries, controlado por el hombre más rico de India, Mukesh Ambani, aliado al gigante del marketing deportivo IMG y al grupo de televisión de Rupert Murdoch Star TV.
“La Indian Super League es una iniciativa que quiere revolucionar el fútbol en este país”, declaró la esposa de Ambani, Nita Ambani, que dirige el comité de organización de la ISL, al Times of India en el lanzamiento del torneo.
Pero reconoció que “estamos en los primeros pasos y en las primeras medidas. La ruta se anuncia larga antes de que el fútbol ocupe el lugar que merece en el deporte indio” .
Para atraer a los jóvenes a jugar, la Federación India de Fútbol (AIFF) cuenta con lo atractivo del fútbol, a mitad de camino entre el deporte y el espectáculo, y a más largo plazo con los programas de descubrimiento y detección que los clubes de la ISL deben poner en marcha.
“Jugar, entrenarse y viajar con jugadores y entrenadores de clase mundial va a beneficiar a los futbolistas indios”, espera el secretario general de la AIFF, Kushal Das, interrogado por la AFP.
A nivel internacional, India espera dar buena imagen en el Mundial Sub-17, que se disputará en su país en 2017. “Pensamos que podemos alinear un equipo compétitivo”, añadió Das.
Pero la ISL no ha logrado la unanimidad. El campeonato indio, la I-League, fue suspendido mientras dure el torneo y varios presidentes de clubes estimaron que ello fragilizaba sus programas amateurs.
Para el escritor y periodista indio, especialista del fútbol, Jaydeep Basu, “a India le faltan infraestructuras, programas de formación y de detección”. “Si fuera suficiente un torneo de dos meses con algunas estrellas para hacer progresar a India, eso se sabría”, añadió Basu a la AFP.
“Muchos países de Oriente Medio, con medios incomparables, se habrían convertido ya en grandes equipos. Pero no ha sido el caso. No tenemos ni la tradición, ni la experiencia” del fútbol de alto nivel, concluyó Basu.