Mientras que el seleccionador español Vicente del Bosque extrae conclusiones positivas de su momento de mayor inestabilidad en cuanto a resultados, se aferra a los números que cosecha en fases de clasificación (donde mantiene intactas las opciones pese a perder con Eslovaquia), la realidad que muestra la Roja en el campo dista mucho de invitar al optimismo.
En un período de transición hasta encontrar los jugadores adecuados que den el relevo a la generación más gloriosa de la historia de la selección española, Del Bosque opta por lanzarse a probar numerosos cambios, hacer debutar jugadores -quince en tan solo seis meses-, en vez de dar continuidad a los nuevos que demuestran que les espera un futuro en la Roja.
Bien es cierto que no puede contar con futbolistas llamados a tener cierto liderazgo como Diego Costa, Thiago Alcántara o Javi Martínez por las lesiones, pero lejos de dar continuidad a sociedades que ilusionan, como la mágica entre Andrés Iniesta e Isco Alarcón, dar galones a Cesc Fábregas de una vez por todas, asentar a Koke Resurrección como nuevo referente en la medular o incluso a Álvaro Morata como solución ofensiva, el técnico salmantino revolucionó su equipo titular ante Holanda, con nueve cambios que desfiguraron totalmente a la vigente campeona de Europa.
Así enlaza derrotas ante rivales de entidad que desmotivan a todos los aficionados. Desde el batacazo de Brasil, España en una nueva política de amistosos ha medido fuerzas con Francia (1-0), la campeona del mundo Alemania (1-0) y Holanda (2-0). Tres derrotas y ni un solo gol marcado demuestran la pérdida de pegada.
Del Bosque regresó por momentos ante Ucrania a la fórmula de falso nueve que hacía años no utilizaba. En los últimos tiempos apostó por jugar con uno o dos puntas. No se materializó en goles.
En sus tres últimos partidos fue incapaz de marcar a Alemania, hizo un solitario tanto a Ucrania en un partido clave de clasificación a la Eurocopa y ninguno a Holanda. La reacción de orgullo de la segunda parte no debe tapar los problemas de identidad que está mostrando una selección que no encuentra el camino.
Lo muestra la clasificación FIFA que España lideraba antes de la cita Mundial de Brasil, hace menos de un año, y en la que ahora cae hasta la undécima posición.
De su dominio mundial a una etapa de dudas en la que ha vencido ocho partidos ante rivales menores, salvo Italia, en marzo de 2014.
De imbatible a vulnerable. Con Del Bosque acumulando trabajo, meditando que rumbo tomar tras un tiempo de reflexión que vendrá bien a todos. Hasta junio no volverán a juntarse un grupo de jugadores que debe recuperar su identidad.