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David Mearns, director de Blue Water Recoveries, una empresa contratada por la familia del delantero para llevar a cabo una búsqueda submarina, abandonó la isla de Guernsey el lunes después de haber localizado los restos la víspera en el fondo del canal de la Mancha. El caso está ahora en las manos de Oficina Británica de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB).
Los investigadores británicos anunciaron el lunes haber detectado la presencia de “un ocupante” en los restos de la avioneta, sin precisar si se trata del futbolista Emiliano Sala, de 28 años, o de su piloto, el británico David Ibbotson, de 59 años. Entrevistado por teléfono, Mearns consideró que “cuando se trata de un cuerpo, el tiempo apremia. Es por lo tanto imperativo que procedan a recuperar la avioneta y el cuerpo”, agregó a la AFP. La dificultad radica, según el experto, en “ver cómo se puede extraer el avión sin mover el cuerpo y asegurarse de que recuperan todo”.
La AAIB anunció que publicará un informe dentro de dos semanas. Sala y Ibbotson volaban el 21 de enero a bordo de un monomotor Piper PA-46-310P Malibu entre la ciudad francesa de Nantes y la galesa de Cardiff cuando desaparecieron de los radares a unos 20 kilómetros de la isla británica de Guernesey, situada en el canal de la Mancha.
El 26 de enero, dos días después de la suspensión de las operaciones oficiales de búsqueda, la familia de Sala informó que iba a continuar gracias a los fondos obtenidos mediante una colecta en internet. “Sin esto, no creo que nadie hubiera buscado el avión. La AAIB nos dijo que no le parecía que hubiese mucho que ganar” encontrando el avión, explicó Mearns. Finalmente, el organismo participó en las operaciones de localización de la avioneta en cooperación con Blue Water Recoveries.