<b>El esfuerzo resultó infructuoso</b>
El partido fue abierto y entretenido, con un Guaraní picante, superando en dinámica al rival y generando dos ocasiones propicias para anotar en menos de 10 minutos. La resoluciones de Richar Torales se estrellaron ante las buenas intervenciones de Alfredo Aguilar.
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En Luqueño cobró protagonismo Lautaro Comas, quien “exprimió” al Aldo Pérez con un disparo raso y luego intentó dos veces el gol olímpico, con envíos a los que les faltó algo más de rosca.
Los murmullos en las gradas despertaron en interés de los protagonistas, sobre todo de los campeonables aurinegros, que al enterarse que el marcador se movía en Sajonia, automáticamente bajaron el ritmo del juego.
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Un “balazo” del argentino-palestino Manzur pasó cerca de la portería del Sportivo, cuyos jugadores empezaron a pintarse de amarillo por faltas, retraso en la reanudación de las acciones y hasta reclamos, que fueron airados antes de ir al descanso por una supuesta irregularidad en el área del Cacique.
Tras el descanso, Aguilar evitó con las piernas la conquista del ecuatoriano Sánchez. El santaniano pintaba para una alta calificación, pero como siempre comete alguna macana, una salida con el pie terminó en asistencia para Alexandro Maidana, quien definió con un zurdazo, propiciando el esfuerzo del golero para bloquear parcialmente el tiro. El rebote le quedó al chico César Miño para marcar el 1-0.
Una cabalgada por derecha de Santiago Ocampos terminó en asistencia al Ropero Santander para establecer la “ley del ex” y el 1-1.
Parecía empate clavado, hasta que en tiempo adicional una pelota llovida cayó en el brazo de Maldonado. Penal sancionado mediante el VAR y concretado por Diego Fernández, quien también marcó contra el club en el que inició su carrera.
Guaraní se quedó en las puertas del título, siendo un gran animador del torneo. Luqueño tuvo un año para el olvido, con decisiones desacertadas, como la contratación de jugadores fuera de forma física. Su ubicación en el promedio pinta la triste realidad auriazul.

