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Un equipo que participa, no compite
El dilema de Luqueño era aferrarse a mantener su arco en cero o buscar la portería contraria, con el riesgo de perder, al ser un equipo con total falta de equilibrio.
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Al optar por la opción A, recurrió a las pelotas largas con destino al “Ropero” Santander, quien tuvo la asistencia por los costados del “Rayo” Vera y Brahian Ayala, aunque varias veces sintió la soledad que le impedía sacar provecho a las cargas.
Godoy Cruz, con un juego más parejo, uniforme, exigió con el dimanismo de sus acciones. Alfredo Aguilar se mostró firme. La más clara ocasión de gol del equipo visitante se dio cerca del cierre del primer tiempo, con un disparo de Meli que dio en el travesaño.
En la complementaria, el Sportivo tuvo el partido controlado. Eso al menos le valió para no ser superado, hasta que una pérdida de Hauché en el medio fue aprovechada por el elenco mendocino para marcar con un tremendo tiro de Auzmendi que dio en el travesaño y se introdujo a la portería del Guachi Aguilar, que no pudo hacer nada.
Ya con las reservas físicas casi agotadas, Luqueño prácticamente no tuvo reacción, empujó pero sin claridad, por lo que se consumó la derrota, la tercera en cuatro presentaciones en este torneo, que refleja el pésimo presente auriazul.
Un club de masa que cumple un triste papel de reparto en el torneo por segundo año consecutivo, porque competitivo no es. Si la dirigencia no recurre a un volantazo, el camino a la Intermedia parece inevitable. Hay tiempo para enderezar el rumbo.
