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Desde el pitazo inicial, Nacional exhibió una marcada ambición por inaugurar el marcador. Si bien carecía de una propuesta táctica definida, la sociedad ofensiva conformada por la dupla Caballero – Tiago y, especialmente, Gustavo – generaba un desequilibrio constante a la portería defendida por Miguel Martínez, el portero visitante se erigió como el principal baluarte de su equipo, frustrando los intentos del tricolor y evitando que el cero se rompiera prematuramente. Su destacada actuación fue crucial para mantener la igualdad en los primeros compases del encuentro.
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Apenas corría el primer minuto, y el ex portero de Cerro Porteño ya exhibió su excelente presente, evitando un gol de cabeza de Cristian Colmán con una intervención providencial. La insistencia ofensiva de la “Academia” se mantuvo latente, y pronto tuvieron una inmejorable oportunidad para romper el cero a través de un penal, que se originó en un remate de Gustavo Caballero que Francisco Báez, en un acto reflejo por protegerse del impacto, extendió el brazo, haciendo contacto con el esférico. El juez, a instancias del VAR, sancionó la pena máxima. Sin embargo, la ejecución de Juan Fernando Alfaro se topó con una doble atajada de Martínez, quien también frustró el intento de gol en el rebote.
Lejos de desanimarse por el penal fallado, el “Tricolor” continuó volcando el peligro hacia la portería de Miguel Martínez, quien se consolidaba como la gran figura del encuentro, demostrando nuevamente su valía al frustrar un remate lejano de Cristian Colmán y, posteriormente ejerciendo una rápida reacción para arrebatarle el gol a Tiago Caballero en el rebote. Minutos después, Cristian Colmán desaprovechó un desborde y posterior centro rastrero desde el sector izquierdo de Tiago Caballero, elevando su definición por encima del travesaño.
Obligado por la presión del rival, la “V” azulada se vio forzado a ceder la iniciativa en el juego. Sin embargo, encontró el gol que rompió la paridad de una manera casi inesperada: un centro de Fredy Vera desde la derecha, que en principio parecía destinado a diluirse sin consecuencias, fue disputado con determinación por Luis Ortiz, el extremo transformó una carga que aparentaba ser ordinaria en una acción de peligro contra Juan Luis Alfaro, a quien superó de prepo, para luego burlar la cobertura de Ramírez, encontrando el espacio para ejecutar el disparo con el pie menos hábil, el derechazo colocado terminó colándose al ángulo derecho de Santiago Rojas.
En la etapa complementaria, el equipo local mantuvo la misma tónica ofensiva, aunque ahora impulsado por la creciente impaciencia de su afición. Desde las gradas, comenzaron a escucharse reclamos e improperios, en un intento por espolear a sus jugadores y sobre todo a Pedro Sarabia. La presión de su propio público pareció surtir efecto, ya que, apenas iniciados los segundos 45 minutos, el equipo se instaló en campo contrario con renovada intensidad. En una nueva aproximación de peligro, Tiago Caballero estrelló un potente derechazo en el travesaño, ahogando nuevamente el grito de gol de los albos.
La destacada actuación de Miguel Martínez continuó en la recta final, luciéndose con una buena intervención ante un tiro libre de Darío Cáceres. Sin embargo, la labor del portero se vio también respaldada por la fortuna, ya que, una vez más, el travesaño se interpuso en el camino del gol, en un potente derechazo de Juan Luis Alfaro. Esta ocasión se generó tras una descarga precisa del zaguero Juan Cruz Monteagudo, quien instalado en el área rival buscó imponer su juego aéreo. Previamente, el defensor había ganado en las alturas, conectando un cabezazo que no hizo más que reafirmar a Martínez como la figura del encuentro, desviando el esférico por encima del larguero con una gran estirada.
