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El jueves, luego del empate 1-1 con Tacuary, en el estadio Feliciano Cáceres, el mundialista recibió un abordaje (o apriete) a la salida del estacionamiento del club por parte de tres a cuatro fanáticos, que le dijeron de todo.
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Al ser un hecho repetitivo (fue la tercera vez), el agraviado delantero decidió abandonar la República de Luque.
El mundialista, que disputó 31 partidos y marcó cinco goles con la casaca luqueña, considera que este tipo de presiones se debe erradicar, aplicando estrictas medidas de seguridad, ya que los atletas son altamente vulnerables y pueden ser objeto de hechos de violencia por parte de los vándalos.
La alarma auriazul se activa en un momento en el que el club popular atraviesa por un presente deportivo relativamente tranquilo, sin el peligro del descenso, que se había consumado en 2021.
Las autoridades del Sportivo deberán establecer medidas de protección para los integrantes del plantel para que estos puedan estar tranquilos y conquistar los resultados anhelados.
En setiembre del año pasado, los enfurecidos componentes de la barra conformaron una “comisión de recepción” luego una derrota contra Libertad en La Huerta. Algunos jugadores, como el juvenil Ángel González, Alfredo Aguilar, Matías Castro y Alan Ledesma fueron agredidos con cintarazos a la llegada a Luque.
El Sportivo enfrentará mañana a Nacional, en la Visera de barrio Obrero, a las 20:00.
El entrenador Julio César Cáceres analiza algunas variantes. El conductor auriazul tiene la misión de recuperar futbolísticamente a Juan Rodrigo Rojas, teniendo en cuenta su importancia para la generación de fútbol y hasta la finalización de las jugadas.