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Eduardo Berizzo insiste con un mediocampo en el que Gastón Giménez no luce y es improductivo. Un equipo de posesión y dominio con el argentino nacionalizado paraguayo como eje, está muy lejos de la realidad. Los rivales, en el 0-0 contra Uruguay y en el 0-1 ante Brasil, transforman la idea, la condición y la disposición a uno completamente defensivo, con los delanteros corriendo como atletas en inferioridad numérica y dependiendo de los ingenios. Los volantes, sin anticipo, corte o recuperación, solo ocupan un lugar, sin qué y ni para qué.
El técnico fue consultado sobre Giménez, el más criticado del tridente de mediocampistas, y evitó referenciar sobre el funcionamiento del mismo. “A mí no me gusta hacer menciones personales, ni cuando son afortunadas y tanto a punta a las críticas. Hablo de lo genérico, del equipo, de lo que nos faltó hacer, de lo que pudimos hacer. Una selección que se brindó por intentar poseer el balón, lo equiparamos con muchísimo esfuerzo”, comenzó el argentino, que en gran parte de la conferencia, solo rescató la “actitud” del seleccionado para hacer cuesta arriba el 0-1 prematuro.
“Vuelvo a destacar la actitud y el comportamiento del equipo ha sido extraordinario por sobre todo en el segundo tiempo, llevando a Brasil a retroceder y tratando de generar la oportunidad que nos de el empate. El segundo gol le sobra al partido”, puntualizó el DT, sin reconocer que verdaderamente el 1-0 estaba quedando corto, ya en el primer tiempo, y más en la complementaria, cuando reemplazó a Giménez, a Mathías Villasanti, a Ángel Cardozo Lucena y despobló el centro, un escenario que revivió a Neymar para volver a acelerar en ataque.