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El campeonato Carioca fue el primero en reactivar la temporada de fútbol en Brasil. La Copa Río, la segunda parte del certamen después de la Taca Guanabara, reanudó la temporada con un partido entre el Bangu y el Flamengo de Robert Piris da Motta. El choque, que hasta el medio día no tenía televisación por la falta de acuerdo entre Globo y el Mengao por los derechos de transmisión, fue en el mítico Maracaná, que lució vació por las medidas de seguridad contra el coronavirus.
El estadio, que cumple 70 años, vivió una noche emotiva por el retorno del fútbol, pero también triste a causa de dos fallecimientos por covid-19. Parte de las instalaciones son utilizadas como hospitales de contingencia para tratar a los contagiados por el virus. Mientras el Fla goleaba 3-0 por la cuarta jornada del Grupo A en el interior del histórico escenario de Río de Janiero, a metros nada más, las autoridades sanitarias confirmaban dos fallecimientos, cuenta el medio argentino Doble Amarilla.
Brasil es el país con la mayor cantidad de contagios en Sudamérica: suma 978.142 positivos y 47.748 muertes. El diario Lance fue crítico con el retorno del fútbol mientras los brasileños sufren de la pandemia. “Fueron 90 minutos de uno de los juegos más absurdos en la historia del fútbol brasileño”, expresó el medio. “Un Maracaná vacío, sin transmisión de televisión y un hospital pegado al estadio tratando de salvar vidas en medio de la pandemia en el país”, agregó.