El partido fue interrumpido en dos ocasiones por el árbitro, primero por el lanzamiento de petardos y bengalas y después cuando parte del público local empezó a abuchear y proferir gritos racistas hacia el jugador sueco de la Real Sociedad Alexander Isak cuando entró al campo en la segunda mitad.
El árbitro amenazó entonces con suspender el partido y desde la megafonía del Arena Nacional de Bucarest se pidió que cesaran las manifestaciones de racismo y el partido terminó sin más incidentes con la victoria sueca por 0 a 2. Tras el pitido final los jugadores suecos abrazaron a Isak y celebraron el triunfo, que les califica como segundos por detrás de España para la Eurocopa.
El pasado 15 de octubre Rumanía jugó el encuentro de clasificación contra Noruega a puerta cerrada -con presencia solo de espectadores menores- por los gritos xenófobos del público rumano contra la minoría húngara del país durante el partido contra España.
La investigación confirmada por la UEFA se suma también al inicio de un procedimiento disciplinario a la Federación de Rumanía por la presencia en el choque contra Suecia de pancartas y cantos ilícitos, encendido de bengalas y lanzamiento de objetos, que será abordado por la Comisión de Control, Ética y Disciplina de la UEFA el próximo 12 de diciembre, según informó este organismo.