La propia organización fue la que le dejó fuera dentro de la investigación interna a la que se vio forzada cuando se destaparon los casos de corrupción que expulsaron a muchos de sus dirigentes y los sentaron en un banquillo.
Fuera del proceso judicial, pero dentro de un examen de ética, a Platini le tocó el 8 de octubre de 2015, mientras preparaba su asalto a la presidencia de la FIFA como reemplazo de Joseph Blatter, su mentor y también su verdugo.
Porque Blatter fue quien convirtió a Platini en su asesor y desde allí le empujó a la presidencia de la UEFA y porque el francés piensa que la mano de Blatter está detrás de sus sanción. La realidad fue que hace hoy cuatro años el Comité de Ética de la FIFA, dentro de la investigación de posibles casos internos de corrupción, suspendió a los dos de forma provisional durante 90 días. La causa fue un pago desleal que Blatter, presidente durante 17 años de la FIFA, hizo a Platini en 2011, por trabajos que éste realizó entre 1999 y 2002.
Para el órgano disciplinario de la FIFA, el acuerdo no tenía base legal. La inhabilitación temporal se tornó después en definitiva por el mismo Comité de Ética de la FIFA y en diciembre de 2015 el castigo para ambos pasó a ocho años, luego reducidos a seis en Apelación y a cuatro en el caso de Platini por gracia del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
Con Blatter el tribunal no tuvo clemencia. Desalojado de la UEFA que había presidido desde 2007 y excluido de la FIFA que preside quien fue su hombre de confianza, Gianni Infantino, Platini se afanó desde entonces en intentar rehabilitar su nombre.
Primero afirmó tener la conciencia tranquila ante quienes habían sido sus compañeros en la UEFA, en el Congreso de 2016 que eligió al esloveno Aleksander Ceferin como su sucesor, y luego con un recurso sin éxito en la justicia ordinaria y otro en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
El francés apenas ha roto su silencio en estos cuatro años en los que otra investigación por falta de limpieza en el fútbol, en este caso la de la votación en la que Qatar ganó la organización del Mundial 2022 y en la que él participó, le llevó a permanecer quince horas en dependencias policiales para prestar declaración.
Su voto a favor de Qatar, después de haber participado en una comida en el Palacio del Elíseo por el entonces presidente de Francia, Nicolas Sarkozy junto con el emir de Qatar Hamad Ben Khalifa Al-Thani, siempre estuvo en entredicho. Este testimonio, prestado el 18 de junio pasado en la sede de la brigada anticorrupción de la policía francesa, fue, según sus abogados, parte de la colaboración con la investigación de alguien que ha admitido tener cierta idea para volver al fútbol, una vez cerrado este oscuro cuatrienio.