El gobernante indicó en un comunicado que este acto de violencia “no va a quedar impune”. Señaló que ha ordenado a las fuerzas de seguridad “capturar a los actores de estas muertes y agresiones que han llenado de dolor y luto a toda la nación y al mundo deportivo”.
El autobús de Motagua fue atacado el sábado supuestamente por hinchas de Olimpia antes del clásico capitalino entre los dos equipos, lo que dio paso a una batalla campal fuera del Estadio Nacional de Tegucigalpa. Hernández expresó a líderes del fútbol y a medios de comunicación que estos “actos reprochables no tienen espacio en la convivencia ciudadana, menos en eventos deportivos”.
“Todos debemos hacer nuestra parte. Honduras debe sacar a terroristas del fútbol”, subrayó. El paraguayo Roberto Moreira, delantero del Motagua, fue uno de los tres futbolistas heridos, aunque sus heridas no serían de gravedad y estaría fuera de peligro.
Ofrecen recompensa
El presidente hondureño dijo que esa violencia en los estadios debe terminar ya. “Es reprochable la perversidad de aquellos que incitan al odio y la violencia como instrumento político para sus propios intereses”, enfatizó. Destacó que ha instruido a las fuerzas de seguridad para que trabajen “sin descanso para capturar a los responsables, investigar las diferentes conexiones y cambiar radicalmente el manejo de estos eventos”.
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La Policía hondureña anunció una recompensa de 350.000 lempiras, unos 14.300 dólares, a quien proporcione información que posibilite la detención de los responsables de las muertes.