Rosberg, subcampeón del mundo los dos últimos años, encabezó en Melbourne un nuevo 'doblete' de Mercedes, la escudería dominante los dos últimos cursos. Por delante de su compañero y rival inglés Lewis Hamilton, triple campeón mundial tras el pasado certamen, en el que logró su segundo título seguido con la escudería de Brackley.
Hamilton, que en Albert Park firmó la quincuagésima 'pole' de su carrera en F1, rompió la racha de primeros puestos en parrilla -seis seguidos- de Nico, pero no pudo evitar, tras una pésima salida, que este encadenase su cuarta victoria, después de haber ganado las tres últimas carreras de 2015.
Rosberg y Mercedes ganaron en Australia, pero Ferrari vislumbró que puede plantarles cara. El alemán Sebastian Vettel (Ferrari) -cuádruple campeón mundial (2010-13), con Red Bull- concluyó tercero una carrera en la que pudo haber acabado más adelante si no hubiese tardado tanto en su última entrada en garaje y si hubiese acertado en la elección de las gomas, tras el espectacular accidente del español Fernando Alonso, que marcó el desenlace de la prueba.
El piloto de Oviedo destrozó su McLaren-Honda tras dar dos vueltas de campana, en la decimoséptima vuelta de la primera carrera del año. Al tocar, a más de 300 kilómetros por hora, con el neumático delantero derecho de su monoplaza la rueda trasera del Haas del mexicano Esteban Gutiérrez.
Alonso, que reconoció haber gastado una de sus vidas en Australia, volvió a nacer en Albert Park, de donde salió ileso de uno de los más espectaculares accidentes que se recuerdan en la categoría reina del automovilismo en los últimos años.
En el circuito de Sakhir, de 5.412 metros, al que el domingo está previsto que se den 57 vueltas para completar 308,4 kilómetros, el doble campeón mundial asturiano -2005 y 2006, con Renault-, prácticamente 'estrenará' coche, ya que del de Australia no se pudieron salvar ni el motor ni el chasis.
Baréin se estrenó hace doce años, un 4 de abril (exactamente, el 4 del 4 del 4), en el Mundial de Fórmula Uno. Y, desde entonces, nadie ha ganado tantas veces en la pista construida en el desierto del pequeño archipiélago arábigo como el astro astur, vencedor los años que conquistó el Mundial y en 2010, cuando se anotó la prueba inaugural, la primera que disputó como piloto de Ferrari.
Escudería que también se hizo notar de forma destacada en Australia gracias al finés Kimi Raikkonen (su último campeón, en 2007), antes de que éste abandonase en Albert Park una prueba en la que el local Daniel Ricciardo (Red Bull) fue cuarto y el brasileño Felipe Massa (Williams), quinto.
El español Carlos Sainz lo hizo bien y acabó noveno con su Toro Rosso, tras salir airoso de un nuevo duelo interno con su aún más joven compañero Max Verstappen. Al que desquició y relegó al décimo puesto en Australia. Quinto, sólo por detrás de los Mercedes y los Ferrari, el holandés fue, sin embargo, mejor que el madrileño (séptimo) en la cronometrada principal de Melbourne.
En la que se implantó el nuevo -y polémico- sistema de calificación, con tres rondas, pero con la innovación de que en sus tramos finales se elimina cada minuto y medio al piloto con el peor crono. Novedad duramente criticada por la mayoría y abocada a una pronta desaparición. Pero que, de momento, se mantiene en Bahrein.
Un país que albergará la segunda de las 21 carreras de un Mundial que se cerrará el 27 de noviembre en Abu Dabi; la primera de las tres que acabará, con luz artificial, en horario nocturno, junto a la anterior y a la que se disputará en Singapur.
A la que el suministrador único de neumáticos lleva los compuestos medio, blando y superblando, siendo los dos primeros los que tendrán que usarse, al menos una vez, de forma obligatoria, en la carrera del domingo.
En la que el mexicano Sergio Pérez (Force India), decimotercero hace dos domingos, buscará puntuar, más aún después del séptimo puesto logrado en Australia por su compañero alemán Nico Hülkenberg.
Lo mismo intentará su compatriota Esteban Gutiérrez, consternado espectador de lujo en el accidente de Alonso y que también quedó eliminado en ese lance. Por fortuna, asimismo, ileso. Con el Haas con el que, tras un año de probador en Ferrari, retornó a la F1.
Una escudería que debutó en el Mundial con el sorprendente sexto puesto de Romain Grosjean, que sufrió inversa suerte a la de su compañero mexicano. El francés se vio beneficiado por la entrada a pista del coche de seguridad, primero; y de la bandera roja que paró unos minutos la carrera, después, como consecuencia del espectacular accidente de Albert Park.