Ogier finalizó con 20 segundos de ventaja sobre el finlandés Mikko Hirvonen (Citroën DS3), vencedor de las tres últimas ediciones de la prueba australiana, y con 38.1 con el belga Thierry Neuville (Ford Fiesta RS).
El francés podría convertirse el domingo en el heredero de su compatriota Sebastian Loeb, ganador de los últimos nueve campeonatos del mundo, si la clasificación se mantiene como está después de la segunda jornada.
Ogier ganó siete de las ocho especiales del día para hacerse con el primer puesto en detrimento de su compañero de equipo, el noruego Andreas Mikkelsen, líder el jueves y que este viernes descendió hata el séptimo lugar.
“Todavía quedan dos largas jornadas y mi ventaja sobre Hirvonen no es enorme”, dijo Ogier, que añadió que Neuville “tampoco está muy lejos”.
Sin embargo, el líder de Volkswagen no pudo evitar finalizar con una gran sonrisa sobre una jornada que temía “como la peste”, en los polvorientos y oscuros bosques de Nueva Gales del Sur.
“Coseché los frutos de mi excelente clasificación (segundo el jueves). Podría dejar atrás a la mayor parte de los conductores porque habían barrido la ruta para mí. En tierra, con todo ese polvo, es esencial. Sin duda me beneficié de mejores condiciones de los que me precedieron”, explicó el líder del Mundial.
“¿Recoger el título el domingo? Sólo voy a decir que únicamente pienso en que a este rally todavía le queda mucho”, añadió Ogier.
Hirvonen, por su parte, dejó claro que va a hacer todo lo que pueda por revertir la tendencia.
“No he dicho mi última palabra. Voy a acelerar el sábado y a ver qué pasa”, dijo el experimentado Hirvonen sobre una carrera que se le da especialmente bien.
La pujanza del finlandés es una buena noticia para Citroën, que lucha con Volkswagen por el campeonato de constructores, y que además cuenta con el cuarto puesto del británico Kris Meeke.
El piloto de 34 años sustituye en Australia al español Dani Sordo, vencedor de la última prueba, en Alemania, y que Citroën ha decidido reservar para la recta final, con varias carreras en asfalto.
“Si no hubiera calado en la salida de la última especial (10 segundos perdidos), el día hubiera sido impecable. Si no cometo más errores puedo subirme al podio"; dijo Meeke, que se juega lograr un puesto de piloto fijo en el Mundial.
El sábado los pilotos abandonarán el bosque por tramos más largos y amplios de los que Ogier dijo que los afrontarán “con placer”.