Un día antes de ganar el (por el fuerte calor y la elevada humedad) durísimo Gran Premio de Qatar, a Verstappen le bastó acabar segundo el sprint disputado asimismo en el circuito de Lusail -a unos 30 kilómetros al norte de Doha, la capital del país- para certificar, a los 26 años recién cumplidos, su tercer título seguido.
Entró, de esa manera, en el club de los tricampeones, que integra ahora junto al australiano Jack Brabham, el escocés Jackie Stewart, el austriaco Niki Lauda y los brasileños Nelson Piquet y Ayrton Senna. Por delante ya sólo le quedan el francés Alain Prost y el alemán Sebastian Vettel, que ganaron cuatro veces el campeonato; el argentino Juan Manuel Fangio -el pentacampeón de los años 50- y los dos que comparten la plusmarca histórica de siete títulos mundiales: el alemán Michael Schumacher y el inglés Lewis Hamilton.
Teniendo en cuenta que Red Bull ya se había asegurado, el pasado 24 de septiembre y en Suzuka (Japón), la revalida del Mundial de constructores, es de esperar que la escudería austriaca afronte las últimas cinco pruebas del año con la intención de que el insaciable 'Mad Max' siga batiendo récords y que su compañero, el mexicano Sergio Pérez -que lo secunda en la general, a 209 puntos (433 frente a 224 )-, amarre el subcampeonato.
Si gana en Austin, el astro neerlandés se situaría a una sola de la cuarta marca histórica de victorias, en poder de Prost. En una temporada en la que también podría igualar -o incluso superar- la tercera, de Vettel: 53 veces exitoso en la F1. El 'Kaiser' ganó en 91 ocasiones y Sir Lewis, plusmarquista histórico, hizo somar 103 veces el 'God Save The Queen' después de una carrera de Fórmula Uno.
El Circuito de las Américas -una pista bacheada de 5.513 metros, con 20 curvas de todo tipo (de lenta, de media y de alta velocidad); a la que el domingo está previsto dar 56 vueltas, para completar un recorrido de 308,4 kilómetros- albergará la primera prueba de un tríptico que se completará los dos fines de semana siguientes con el Gran Premio de México, en el capitalino Autódromo de los Hermanos Rodríguez; y el de Brasil, en el paulista circuito de Interlagos.
Al igual que en Qatar, el Gran Premio de Estados Unidos se disputa con formato sprint, por lo que sólo habrá un entrenamiento libre, este viernes; horas antes de la calificación que ordenará la parrilla de la carrera dominical.
El sábado tendrá, de nuevo, carácter independiente. Por la mañana se disputará la calificación reducida ('sprint shootout') que decidirá la formación de salida del sprint, horas después y previsto a un tercio del recorrido de la prueba larga. Es decir: 19 vueltas y algo más de 104 kilómetros que repartirán puntos entre los ocho primeros (ocho se lleva el ganador, siete el segundo, seis el tercero; y así, sucesivamente, hasta el octavo, que suma uno). En un Gran Premio que en Europa se podrá ver por televisión en horario de tarde-noche.
Decididos los Mundiales de pilotos y de constructores, 'Checo' -cuyo objetivo primordial, según declaró a Efe tras la última carrera, en Lusail, es el subcampeonato- defiende, después de acabar décimo la carrera larga de Qatar (un día después de abandonar, accidentado, el sprint) treinta puntos frente a Hamilton. Que, a su vez, le saca once al español Fernando Alonso (Aston Martin).
El doble campeón mundial asturiano, en una segunda juventud a los 42 años, es cuarto en un campeonato en el que logró siete de los 105 podios que cuenta en la F1; y en el que suma 183 puntos. Y seguirá apuntando, de aquí al final del certamen -aunque se antoje difícil-, a la tan ansiada victoria 33.
Alonso, que en Qatar acabó sexto una carrera que Verstappen ganó por delante de los dos McLaren del debutante australiano Oscar Piastri -segundo, firmando su mejor resultado en la categoría reina, un día después de ganar el sprint- y del inglés Lando Norris, le saca 30 a su compatriota Carlos Sainz, que la pasada temporada firmó la 'pole' en Austin.
El talentoso piloto madrileño, el único no Red Bull victorioso este año -en Singapur- y , que no salió en Lusail a causa de una fuga de combustible en su Ferrari, sigue quinto en la general, con ocho puntos sobre su compañero, el monegasco Charles Leclerc.
En la general de constructores -matemáticamente decidida a favor de la muy dominante escudería austriaca- Mercedes suma 326 puntos, 38 más que Ferrari. Aston Martin sigue cuarta, aunque algo alejada, con 230 unidades: sólo once más que la emergente McLaren.
En el COTA se rodará con neumáticos de la gama de compuestos intermedia. Es decir, los C2 (duros, reconocibles por la raya blanca), C3 (medios, raya amarilla) y C4 (blandos, roja): los elegidos para la ocasión por Pirelli, el suministrador único del campeonato; que acaba de renovar el contrato que lo vincula a la F1 hasta finales de 2027.
La principal novedad en la pista texana es el regreso del australiano Daniel Ricciardo, que se rompió la mano izquierda en Zandvoort (Países Bajos) y que las pasadas cinco carreras fue sustituido en Alpha Tauri por otro piloto oceánico, el neocelandés Liam Lawson. Que cumplió, llegando a puntuar en Singapur, donde fue noveno. Sumando dos puntos: uno menos de los que lleva el japonés Yuki Tsunoda a lo largo de toda la temporada.
El Gran Premio de los Estados Unidos -país en el que la debutante Las Vegas albergará la penúltima prueba del curso, un fin de semana antes de que éste se cierre el 26 de noviembre, en Abu Dabi- alcanza su cuadragésima cuarta edición y se ha disputado en siete sedes diferentes.
La primera de ellas, en 1959, en Sebring (Florida). Y, tras las ocho anteriores, que se disputaron en Indianápolis (Indiana), desde 2012 se corre en Austin. Donde nadie iguala las cinco victorias de Hamilton, único séxtuple vencedor en EEUU, que también ganó en 2007. Pero donde los dos años pasados el que triunfó fue un tal Max Verstappen.