Es una idea que surgió tras haberse constatado un aumento persistente de ataques por parte de estos predadores contra rebaños desprotegidos en zonas montañosas de este país.
Una fundación del cantón suizo de Valais, atravesado por los Alpes y con importante turismo, está financiando el desarrollo de un prototipo de collar capaz de medir el nivel de estrés de las ovejas a través de su ritmo cardíaco y de emitir un mensaje de texto al pastor para advertirle del peligro que corre su rebaño.
Se espera que, adicionalmente, el dispositivo pueda propalar alguna sustancia repulsiva para ahuyentar al lobo y eventualmente emitir alguna señal sonora con el mismo fin.
Al frente de esta idea se encuentra el especialista en lobos Jean-Marc Landry, con el respaldo financiero de la Fundación Cimark que apoya por cuenta del cantón de Valais iniciativas en favor de la competitividad de las pequeñas y medianas empresas.
Una primera prueba de que el mecanismo ideado por Landry puede funcionar se efectuó con éxito hace unos días en las praderas de la localidad de Diablerets (Valais), con la participación de una decena de ovejas a las que se depiló el pecho para atarles alrededor del cuerpo una correa provista de un cardiometro similar al que utilizan los corredores.
Esas ovejas y otras diez desprovistas del dispositivo fueron soltadas en un paraje en el que poco después también fueron liberados -aunque con un bozal puesto- dos perros-lobo checos, un cruce de pastor alemán y lobo cuyo parentesco con este último es innegable.
La experiencia confirmó un ataque de pánico entre las ovejas tras percibir la presencia de los perros-lobo, lo que resultó en que su ritmo cardíaco pasó de 60 a 80 latidos por minuto a un pico de 225 en el momento del fallido ataque.
Esta prueba -la primera de tres que se planean realizar hasta el otoño- no supuso una verdadera amenaza para las ovejas participantes, pues, además del bozal, la dueña de los canes estaba presente y de un solo gesto les ordenó en el momento oportuno alejarse del rebaño.
El equipo de Landry se apresta ahora a analizar en detalle los resultados obtenidos para empezar enseguida los preparativos para el desarrollo de un prototipo de collar que reúna todas las funciones previstas.
Sin embargo, la tarea no se anuncia fácil, pues los intentos preliminares efectuados en la Escuela de Ingenieros de Sión y en la Escuela Politécnica Federal de Lausana no han dado los resultados esperados.
Con una ayuda pública que por el momento se eleva a varios miles de euros, Landry espera que las conclusiones positivas de su experiencia en el medio natural estimulen otras contribuciones estatales a nivel de cantón o federal.
El interés de un collar de este tipo para ovejas reside en que permitiría eliminar los daños que sufren los pequeños rebaños que no tienen perros guardianes, generalmente por falta de medios económicos del pastor.
Asimismo, permitiría mantener alejados a los lobos de zonas muy turísticas.
El plan es que el próximo año el prototipo sea probado también en Francia, que ya ha mostrado interés por la nueva tecnología, al igual que Noruega.