La mujer de 27 años, que ha pedido continuar en el anonimato y fue diagnosticada con anemia falciforme cuando era pequeña, dio a luz a un niño saludable el pasado noviembre, gracias al trasplante de tejido de uno de sus ovarios que recibió el año pasado. Los médicos le extrajeron un ovario a los 13 años para someterla a un tratamiento para superar la anemia falciforme, que implicaba un proceso de quimioterapia, que podía destruir las funciones de sus ovarios, por lo que los especialistas decidieron extraerle y congelarle tejido de uno de ellos.
El otro ovario le dejó de funcionar a los 15 años, pero diez años después decidió que quería tener hijos y se sometió al trasplante. A los cinco meses del procedimiento, la paciente comenzó a menstruar de manera espontánea y con 27 años se quedó embarazada de manera natural. La paciente había emigrado de la República del Congo a Bélgica cuando todavía era una niña debido a la anemia que padecía.
La ginecóloga que lideró el tratamiento para restaurar la fertilidad de la paciente, Isabelle Demeestere, afirmó que espera que este procedimiento pueda ayudar a otras mujeres en riesgo de perder sus ovarios. “Sin embargo, el éxito de este procedimiento requiere una investigación más exhaustiva en pacientes jóvenes que se encuentren en la etapa previa a la pubertad”, matizó Demeestere.