Un equipo del instituto Sant'Anna de estudios avanzados en Pisa (norte de Italia) acaba de publicar un estudio en la revista Scientific Reports, del grupo Nature, en el que presentan las conclusiones de un experimento con ratones.
“Los resultados con seres humanos estarán listos en 15 meses y entonces veremos si los pacientes tienen efectos similares”, dijo hoy a Efe el coordinador del proyecto, Vincenzo Lionetti.
Durante cinco semanas, el equipo dio de comer a los ratones una pasta enriquecida con beta-glucanos (un compuesto químico presente en la cebada) a partir de la mezcla de harinas de trigo duro y de cebada de grano entero.
En ese periodo los animales mostraron una tolerancia normal a la glucosa y actividad cardíaca, así como una mayor tasa de supervivencia después de sufrir una lesión por enfermedad coronaria, en comparación con otros que habían tomado pasta normal de trigo.
La enfermedad coronaria se presenta cuando las arterias se estrechan y se limita el flujo de sangre rica en oxígeno que llega al músculo cardíaco, pudiendo llegar a ocasionar una angina de pecho o un ataque al corazón.
Lionetti destacó que, por primera vez, se describe cómo un compuesto químico puede inducir un mecanismo por el que se forman nuevos vasos sanguíneos a partir de los preexistentes y se promueve la resistencia ante posibles daños en las arterias.
Añadió que, hasta ahora, no existían procedimientos disponibles para inducir el crecimiento de los vasos sanguíneos “antes” de que se produjera el daño, ya que las técnicas conocidas requieren tratamientos quirúrgicos una vez que ha ocurrido.
La nueva investigación determina que las personas pueden aumentar sus vasos sanguíneos y tener una especie de baipás biológico que las proteja de las enfermedades coronarias, mejorando indirectamente la salud del corazón.
Según el experto, la dosis adecuada para consumir y lograr ese efecto serían 100 gramos de pasta al día que contenga un 3 % de beta-glucanos de cebada, un compuesto que está presente en otros alimentos, si bien en esos casos es más difícil garantizar que se ingiere la cantidad apropiada.