El ministerio manifestó, en un comunicado, “su indignación por los hechos ocurridos en la zona colindante al Colibrí en las Líneas de Nazca”, en la región sureña de Ica, que el lunes fue ocupada por miembros de Greenpeace para realizar un acto de protesta ambientalista.
“Esta zona, declarada patrimonio cultural de la humanidad, es un área donde está estrictamente prohibido cualquier tipo de intervención, dada la fragilidad que rodea las figuras”, enfatizó.
El Ministerio de Cultura afirmó que “luego de la ilegal, inconsulta y premeditada acción del grupo ambientalista Greenpeace, se ha producido una grave afectación del área” y anunció que denunció estos hechos ante la Fiscalía y solicitó el impedimento de salida del país de los responsables.
“Se exhorta a la población en general a colaborar con la identificación de las personas que han cometido este atentado contra el patrimonio cultural de todos los peruanos y de toda la humanidad”, acotó.
El comunicado aseguró que Perú es respetuoso de la libertad de expresión, “siempre que no se atente contra el patrimonio del país o se cometa cualquier otro acto que vulnere la ley”.
La intervención de Greenpeace en las líneas de Nazca desató la polémica en Perú porque los activistas de la ONG ingresaron en un área protegida para desplegar una pancarta al costado de uno de los centenarios geoglifos.
La directora de la Dirección Desconcentrada de Cultura de la región de Ica, Ana María Ortiz de Zevallos, explicó a la agencia oficial Andina que su institución está evaluando posibles daños efectuados a los geoglifos y a su entorno. “Han hecho ingreso a una zona intangible para la que no estaban autorizados. Considero que la ONG ambientalista ha cometido una infracción a sabiendas”, declaró la funcionaria, quien explicó que es necesario ingresar a la zona un calzado especial para no dejar huellas.
Según Ortiz de Zevallos, la acción de Greenpeace se produjo el lunes en la madrugada y en ella participaron una veintena de activistas.
Los integrantes de la organización formaron con letras de color amarillo recortadas previamente un mensaje para tomar conciencia sobre el cambio climático al costado de la figura del colibrí, uno de los geoglifos más representativos de las líneas de Nazca, que por su tamaño solo se puede apreciar desde el aire.
El mensaje decía “Time for change! The future is renewable” (¡Tiempo para el cambio! El futuro es renovable) y estaba dirigido a los 10.300 participantes de 195 países que se encuentran reunidos en Lima con motivo de la vigésima cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP20).
La Asociación María Reiche, cuya misión es proteger y conservar las líneas y geoglifos, publicó hoy una fotografía aérea en redes sociales tomada supuestamente el lunes por la tarde donde denuncia daños y huellas dejadas al costado de la figura del colibrí.
En un mensaje publicado en la red social Facebook, Greenpeace aseguró que su acción no causó ningún daño a los geoglifos porque usaron letras de tela para formar su mensaje y porque estuvieron asesorados por un arqueólogo. Según Greenpeace, en la acción intervinieron activistas de Alemania, Argentina, Austria, Brasil, Chile, España e Italia.