En el experimento, la científica austríaca Judith Schmidt agita delante de un papagayo dos vasos de plástico, uno con una nuez en su interior y el otro vacío. El animal entiende inmediatamente que la nuez debe estar escondida bajo el vaso que hace ruido.
Luego, la científica agita sólo el vaso que no contiene nada y lo coloca junto al otro vaso sobre la mesa, y el animal entiende aparentemente que la nuez debe estar bajo el otro vaso.
Los científicos austríacos aseguran que los papagayos grises encuentran la nuez siempre y con la misma velocidad, agitando de forma horizontal los dos vasos o sólo uno de ellos. Si de un vaso no sale ningún ruido los animales deducen siempre que la nuez debe estar en el otro, concluye el estudio.
Este tipo de razonamientos sólo se conocen en monos y niños a partir de los tres años de edad. A diferencia de los papagayos, los monos alcanzan esta habilidad sólo después de un intenso entrenamiento, mientras que los perros pastores alemanes son incapaces de razonar de esta forma.
El estudio, que se basa en experimentos realizados con seis animales, de entre 10 y 35 años de edad, ha sido publicado en la revista científica británica Proceedings of the Royal Society B.