El aparato, con el que se puede jugar tanto en casa como por la calle, refuerza la posición del creador de Super Mario en la industria de videojuegos portátiles, tras el éxito que registró Pokémon Go el pasado verano. En Tokio, muchos clientes acudieron a los supermercados especializados en electrónica a primera hora del día para adquirir la consola.
“Las decenas de personas que esperan aquí ya han pagado su Switch y ya no tenemos reservas para quienes quieran comprarla sin haberla reservado. Tendrán que esperar una próxima entrega, en una fecha desconocida”, explicó a la AFP un vendedor de Nintendo, Yodobashi Camera, en Kawasaki, al sur de Tokio.
Nintendo, con sede en Kioto, espera vender más de dos millones de consolas Switch, a un precio de 299 dólares, en su primer mes. Unos buenos resultados con la Switch ayudarían a la compañía a revertir las malas ventas de su última consola, Wii U, la decepcionante actualización de la popular Wii, de la que se vendieron más de 100 millones de unidades en todo el mundo tras su lanzamiento, hace una década.
El nuevo dispositivo es a la vez una consola de sobremesa y una portátil, ya que se puede extraer su pantalla y juntarle joysticks a ambos lados para jugar en cualquier sitio. La idea es ofrecer a los jugadores una experiencia con sensaciones físicas más reales relacionadas con lo que está ocurriendo en la pantalla.
“Es la primera vez que compro una consola Nintendo”, declaró Yuki Matsuzaki, de 25 años, ante una tienda del distrito tokiota de Ikebukuro. “Compré la PlayStation 4 pero lo que me ha llamado la atención de esta Nintendo es la acción y el argumento de los juegos”.
En el pasado, Nintendo ganó notoriedad con consolas tradicionales, como la Nintendo 64 o la GameCube, así como aparatos portátiles tan famosos como la GameBoy o la DS.
“Switch es probablemente una de las más importantes consolas para Nintendo en las últimas décadas”, afirmó Serkan Toto, un consultor de la industria de videojuegos basado en Tokio. “(Es) la primera vez que Nintendo básicamente combina un videojuego portátil y uno fijo en un solo aparato, en una plataforma”.
Pero tratar de ganar en dos mercados diferentes es arriesgado, agregó Toto.
“Algunos podrían decir que Nintendo trata de matar dos pájaros de un tiro y que podría quedarse a medias y no captar a ninguno de los dos grupos objetivos”, añadió.
La compañía no ha conseguido impresionar a los inversores y las acciones han bajado cerca de un 15% desde octubre, cuando la firma presentó una muestra de su nueva consola a los jugadores. Pero, en la bolsa de Tokio, la acción de Nintendo ganó 3,65% este viernes.
Nintendo necesita mantener el tipo frente a sus rivales Microsoft y Sony, que vendió más de 53 millones de unidades de su última Playstation en todo el mundo desde 2013.