El último de ellos es el implante, con éxito, de una vértebra cervical.
Tras varios ensayos clínicos, los médicos decidieron que Minghao, un chico de 12 años con un tumor cancerígeno en su segunda vértebra cervical, era el candidato ideal para implantar, por primera vez, una pieza exactamente igual a su hueso, pero de titanio.
Según explicó el director del Departamento de Ortopedia del hospital, Liu Zhongjun, los métodos alternativos eran “peligrosos y difíciles de aplicar” en el caso de Minghao debido a las características de su tumor, ya que el hueso, que ayuda a proteger la médula espinal, tenía que ser completamente reemplazado.
El procedimiento estándar para este tipo de operación consiste en quitar el hueso original y sustituirlo por un tubo de titanio que se une a las vértebras contiguas con tornillos y un cemento especial.
“Este método no garantizaba la estabilidad del recambio, y el hecho de poder fabricar un hueso a medida aumentaba la posibilidad de una mayor fijación e integración con las vértebras de su alrededor”, aseguró el director del proyecto.
Y funcionó: un mes después de la operación, y a pesar de que el paciente se somete aún a sesiones de radioterapia, el implante se ha adaptado al cuerpo y la vértebra artificial “es sin ninguna duda mejor que cualquier otro método anterior”.
Además, el trasplante hecho de titanio -que por cierto se fabrica en unas 12 horas- contiene unos pequeños poros que permiten que el hueso real crezca de forma natural a través de éstos y se integre en la estructura de su columna vertebral, algo que, según el cirujano, se verá en los próximos meses.
“Después de la operación ya se apreciaba la diferencia. Tras diez días el paciente ya pudo, por ejemplo, bajar de la cama, y la estabilidad es tal que no necesita tantos aparatos de fijación exteriores, algo que facilita la recuperación”, señaló Liu al respecto.
La utilización de esta tecnología en el campo de la cirugía no es nueva en China. Solamente este hospital ha hecho más de 60 operaciones con éxito en las que ha cambiado partes de los huesos naturales por otros de titanio. Los ensayos que se hacen con los animales también dan buenos resultados.
Además, esta nueva tecnología abre infinitas posibilidades en este campo: un granjero de la provincia occidental de Shaanxi cuyo cráneo quedó aplastado tras una caída desde un tercer piso también se someterá próximamente a una cirugía en la que le implantarán parte de este hueso creado por una impresora de tres dimensiones.
Según informa el periódico South China Morning Post, los médicos que le operarán han fabricado, como hicieron los de Pekín, una malla de titanio a su medida en la que el cráneo irá creciendo en su interior de forma natural si la operación sale bien.
“La impresión 3D tiene la gran ventaja de que se pueden fabricar prótesis de forma y tamaño exactamente igual a la pieza original, algo que facilita mucho la adaptación al cuerpo y la recuperación de los pacientes”, señaló Liu.
El hospital de la Universidad de Pekín ya está trabajando en más diseños de implantes y, de seguir con estos buenos resultados, sus responsables apuestan claramente por el uso de la impresión 3D en un futuro.
“La concepción actual sobre las prótesis y otros implantes puede cambiar completamente gracias a esta tecnología”, reitera Liu, quien se muestra convencido de que la impresión 3D va a sustituir los actuales métodos y de que “contribuirá a la mejora de la vida de muchas personas”.