Los investigadores del Instituto Usher de Ciencias de la Salud y la Informática de la Universidad de Edinburgo creen que estos métodos matemáticos podrían usarse para ayudar a medir la efectividad de las herramientas que sirven para el diagnóstico de patologías.
En la actualidad, la precisión de los sistemas de detección se evalúa utilizando técnicas estadísticas desarrolladas en la década de 1980, pero estas no pueden medir la utilidad de una prueba para determinar el riesgo de una persona de padecer una enfermedad.
A través de cálculos y ecuaciones, el equipo liderado por Turing logró identificar las pautas de los mensajes codificados que el Ejército alemán enviaba a través de la máquina Enigma y construir la Bombe, el aparato que finalmente conseguiría desvelar el código.
Los científicos creen ahora que el mismo principio podría ayudar a las técnicas que se han utilizado desde los ochenta. El profesor Paul McKeigue, del Instituto Usher, dijo que la mayoría de las pruebas de diagnóstico existentes para identificar a las personas con alto riesgo de padecer cáncer o enfermedades cardíacas “no se acercan a los estándares que podríamos ver”.
“Está surgiendo la nueva era de la medicina de precisión y este método debería facilitar que los investigadores y las agencias reguladoras decidan cuándo se debe usar una nueva prueba de diagnóstico”, afirmó.