Los investigadores subrayan que el artefacto ha sobrevivido “prácticamente sin daños” durante más de dos milenios, lo que ha permitido descifrar dos textos latinos inscritos con información precisa sobre su fabricación.
El reloj de sol fue encontrado mientras se excavaba una zona frente a la entrada de un antiguo teatro, en una calle secundaria de la colonia romana.
Los expertos consideran que probablemente quedó abandonado cuando el pueblo comenzó a ser desmontado en la época medieval para utilizar las piedras como materiales para nuevas construcciones.
“Menos de un centenar de ejemplares de este tipo específico de reloj de sol han sobrevivido y, entre ellos, solo un puñado llevan una inscripción. Se trata de un hallazgo realmente especial”, dijo el profesor Alessandro Launaro en el comunicado de Cambridge.
Gracias a la información que quedó grabada en la pieza, se ha podido identificar al individuo que encargó su fabricación, Marcus Novius Tubula, que según esa misa inscripción pagó el encargo “con su propio dinero” .
El reloj se construyó a partir de un bloque de piedra caliza de 54 x 35 x 25 centímetros, y cuenta con una cara cóncava en la que están grabadas once líneas horarias, que permiten determinar las doce horas del día.