El estudio, publicado en la revista Biological Conservation, es el primero que resume la situación global del estado de conservación de 1.500 especies de reptiles de todo el mundo, de las cuales un 12 % se consideran “amenazadas de extinción”, un 12 % como “en peligro crítico de extinción” y el 47 % como “vulnerables”.
“Estamos ante un paso muy importante hacia la evaluación del estatus de conservación global de los reptiles”, manifestó Philip Bowles, coordinador de la Comisión de Supervivencia de las Especies de la IUCN, especialista en serpientes y lagartos.
Bowles consideró que el contenido del estudio debe “activar las alarmas sobre el estado de estas especies y sobre las amenazas crecientes que afrontan”, entre las que destacó “la pérdida de sus hábitats y la sobreexplotación de los cultivos agrícolas”.
“Hacer frente a estas amenazas identificadas son prioridades clave en las políticas de conservación en el sentido de revertir la progresiva desaparición de estos reptiles”, manifestó.
Tres especies figuran en el estudio como “posiblemente extintas”, entre las que se destaca al lagarto selvático “Ameiva vittata”, que solo ha sido visto en una ocasión en Bolivia.
Dos recientes intentos de búsqueda de esta especie han fracasado y los científicos tienen pocas esperanzas en que siga habiendo ejemplares vivos, ya que su hábitat natural ha sido prácticamente destruido por las industrias agrícola y maderera.
La doctora Monika Böhm, directora del estudio, afirmó que “a menudo se asocia los reptiles a hábitats extremos y condiciones medioambientales difíciles, por lo que se asume con facilidad que se adaptarán bien a las condiciones cambiantes de nuestro mundo”.
“Sin embargo, muchas especies están altamente especializadas en términos de uso del hábitat y de las condiciones climáticas que requieren para funcionar en el día a día. Esto hace que sean particularmente sensibles a los cambios en el entorno”, dijo.
El estudio refleja también que el riesgo de extinción no es igual entre las distintas especies de este grupo animal altamente diverso. Las tortugas de agua dulce, por ejemplo, aparecen como especialmente amenazadas, lo que refleja mayores niveles de amenaza a la biodiversidad de este hábitat en todo el mundo.
En números totales, el estudio estima que el 30 % de todos los reptiles de agua dulce están cerca de la extinción, un porcentaje que aumenta hasta el 50 % en el caso únicamente de las tortugas, que son un “bien a la venta” en el comercio nacional e internacional.
Aunque el riesgo es menor para los reptiles de tierra, también son muy sensibles a la presión de la actividad humana, ya que necesitan entornos biológicos y medioambientales muy específicos.
La investigación cita el caso de Haití, donde seis de las nueve especies de lagarto “Anolis” incluidas en el estudio presentan un “elevado riesgo de extinción, debido al extenso proceso de deforestación que está afectando al país”.
Los reptiles aparecieron en la Tierra hace 300 millones de años y han tenido una larga y compleja historia, recuerdan los investigadores, que buscan mejorar la protección de serpientes, lagartos, cocodrilos y tortugas de todo el mundo.
“Son animales que juegan una serie de roles vitales para el funcionamiento correcto de los ecosistemas mundiales, tanto en su calidad de depredadores como de presas”, dice el estudio. “Las lagunas de conocimiento y los atajos para emprender acciones eficaces de conservación han de ser abordados para garantizar que los reptiles siguen prosperando en todo el planeta”, manifestó Ben Collen, jefe de la Unidad de Evaluación e Indicadores de la ZSL.