Un equipo de investigadores encabezado por Bing Lu, del Hospital Brigham y de Mujeres en Boston, Massachusetts, observó a 2.148 participantes (1.260 mujeres) entre las cuales sumaban 3.064 rodillas afectadas por la osteoartritis, y analizaron sus dietas al comienzo del estudio y a los doce, veinticuatro, treinta y seis y cuarenta y ocho meses.
La osteoartritis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones y causa dolor e hinchazón en las correspondientes a la mano, cadera o rodilla. Los investigadores observaron el progreso del mal en estas personas mediante radiografías del área entre la mitad del fémur y la tibia.
De acuerdo con los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos, la osteoartritis afecta a casi 27 millones de personas mayores de 25 años de edad en ese país. En el caso de la rodilla es más frecuente y grave entre las mujeres que entre los hombres.
Los estudios médicos indican que las lesiones en las articulaciones, el exceso de peso y, por ende, la obesidad, y el uso repetitivo de las articulaciones por ejemplo en algunos deportes u ocupaciones laborales, son factores de riesgo para la osteoartritis. Pero los científicos no han determinado con claridad por qué y cómo progresa la osteoartritis.
“El consumo de leche desempeña un papel importante en la salud de los huesos”, escribió Lu. “Nuestro estudio es la investigación más amplia que se ha hecho del impacto del consumo de lácteos en la progresión de la osteoartritis de la rodilla”.
Por su parte, un editorial escrito por Shivani Sahni y Robert McLean, del centro de Investigación del Envejecimiento, en el Instituto Hebreo de Edad Avanzada -vinculado a la Universidad de Harvard- señala que “con el envejecimiento de la población y el aumento en la expectativa de vida es urgente hallar métodos eficaces para lidiar con la osteoartritis”.
En el citado estudio los investigadores incrementaron la ingesta de leche desde cero a menos de tres vasos por semana, luego de cuatro a seis vasos y finalmente a más de siete vasos por semana. Cada vaso equivale a unos 230 mililitros.
A medida que transcurría ese incremento el ancho del espacio en las articulaciones de las mujeres disminuyó en 0,38 milímetros, 0,29 milímetros, 0,29 milímetros y 0,26 milímetros respectivamente con las diferentes dosis de leche.
“En los hombres no observamos una asociación significativa entre el consumo de leche y las disminuciones del ancho de espacio en la articulación”, afirman los autores.