Oxford revela el enigma del primer beso de la historia

Imagen ilustrativa. El primer beso podría remontarse a 21 millones de años, según científicos  británicos (foto:Kat Smith/Pexels/EFE)
Imagen ilustrativa. El primer beso podría remontarse a 21 millones de años, según científicos británicos (foto:Kat Smith/Pexels/EFE)Pablo Gutman

LONDRES. Científicos encontraron pruebas que sugieren que los besos se remontan a 21 millones de años y que los simios, y probablemente los neandertales, ya realizaban ese contacto labial, según una investigación de la Universidad do Oxford.

La investigación, dirigida por científicos de la Universidad de Oxford, fue publicada en la revista Evolution and Human Behaviour.

“Esta es la primera vez que alguien adopta una perspectiva evolutiva amplia para examinar los besos”, dijo la coautora Matilda Brindle, bióloga evolutiva de la Universidad de Oxford.

“Nuestros resultados se suman a un creciente conjunto de estudios que destacan la notable diversidad de comportamientos sexuales que exhiben nuestros primos primates”, añadió Brindle.

Enigma evolutivo

Los besos han representado durante mucho tiempo un enigma evolutivo para los científicos, ya que parecen conllevar altos riesgos, como la transmisión de enfermedades, sin presentar ventajas reproductivas o de supervivencia evidentes.

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Los científicos han descubierto que los neandertales, que poblaron Eurasia coexistiendo con el homo sapiens antes de desaparecer, “probablemente también tenían la costumbre de besarse”.

Para los fines del estudio, los investigadores definieron los besos como un “contacto boca a boca no agresivo que no implicaba transferencia de alimentos”.

Primeras conclusiones

La conclusión de la investigación de los científicos de la Universidad de Oxford es que el beso es “un rasgo de comportamiento antiguo en los grandes simios”, que apareció en su ancestro común hace entre 16,9 y 21,5 millones de años..

“Los besos se mantuvieron a lo largo de la evolución y siguen presentes en la mayoría de los grandes simios”, añade el texto.

“Al integrar la biología evolutiva con los datos sobre comportamiento, estamos en condiciones de sacar conclusiones fundamentadas sobre rasgos de comportamiento que no se fosilizan, como el beso” , explicó Stuart West, coautor y profesor de biología evolutiva en Oxford.

Primates modernos

Los investigadores recopilaron primero datos sobre primates modernos que han sido observados besándose, incluidos chimpancés, bonobos y orangutanes.

Los científicos, tratando los besos como un “rasgo”, lo situaron en el árbol genealógico de los primates.

“Este descubrimiento, asociado a estudios anteriores que muestran que los humanos y los neandertales compartían microbios bucales (a través del intercambio de saliva) y material genético, sugiere fuertemente que se besaban”, subraya la universidad.