¿Qué es la “huella digital” de un meteorito?
Cuando observás una roca inusual, quizás te preguntás si llegó desde el espacio. Los meteoritos poseen una “huella digital” química y estructural que los diferencia de las rocas terrestres. Esta firma se detecta mediante análisis de laboratorio que revelan concentraciones únicas de elementos como hierro, níquel y, a veces, iridio, un elemento raro en la corteza terrestre.
La mayoría de los meteoritos analizados contienen más de un 5% de níquel, mientras que las rocas terrestres rara vez superan el 1%. Científicos de la Meteoritical Society estiman que menos del 2% de las rocas que la gente presenta como meteoritos realmente lo son. El resto son simplemente rocas terrestres con características atípicas.
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Métodos científicos de identificación
Para saber si una roca cayó del espacio, los investigadores emplean equipos de espectrometría y microscopía electrónica.
Buscan señales como una corteza de fusión—una capa oscura resultado de su paso por la atmósfera—y texturas internas con pequeñas esferas metálicas, conocidas como cóndrulos, que casi nunca se encuentran en piedras terrestres.
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El análisis isotópico también resulta clave. Por ejemplo, las proporciones de oxígeno en los meteoritos suelen diferir notablemente de las halladas en minerales terrestres.
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Además, la presencia de ciertos isótopos radiactivos permite rastrear la edad de la roca, confirmando su origen extraterrestre.
Estadísticas sobre hallazgos y falsos positivos
Según la Agencia Espacial Europea, se reportan miles de posibles meteoritos al año, pero solo unos pocos cientos logran ser autenticados tras pruebas de laboratorio. Un estudio reciente de la Universidad de Alberta encontró que solo el 1,7% de las muestras enviadas al laboratorio corresponde a verdaderos meteoritos.
Es común que quienes encuentran una roca negra o pesada supongan que se trata de un objeto espacial. Sin embargo, muchos de estos hallazgos corresponden a escorias industriales o basaltos comunes.
Datos del Lunar and Planetary Institute señalan que, globalmente, se recuperan entre 500 y 1.000 meteoritos auténticos por año.
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Curiosidad y precaución ante hallazgos
Descubrir una roca fuera de lo común genera fascinación, pero los expertos recomiendan no extraer conclusiones solo con una inspección visual.
El proceso de identificación requiere análisis químicos y mineralógicos precisos. Los resultados contribuyen tanto al conocimiento científico como a la tranquilidad de quienes intentan resolver el misterio de su hallazgo.
El estudio de los meteoritos no solo revela información sobre nuestro planeta, sino también sobre el sistema solar y la historia de los cuerpos celestes que lo habitan.