El objeto, oficialmente nombrado 3I/ATLAS, fue detectado el 1 de julio mediante el telescopio de rastreo ATLAS, ubicado en Río Hurtado, Chile.
Según las estimaciones, su diámetro fluctúa entre 10 y 20 kilómetros, aunque podría ser menor si su composición es mayoritariamente hielo reflectante. La velocidad con la que se desplaza supera los 60 kilómetros por segundo.
Las observaciones han revelado que 3I/ATLAS mantiene una trayectoria poco común, acercándose a planetas como Venus, Marte y Júpiter. Los científicos destacan que la posibilidad de que este patrón orbital ocurra por azar es inferior al 0,005%.
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Su acercamiento al Sol a finales de noviembre podría hacerlo invisible desde la Tierra por un tiempo.
Hipótesis principal: un cometa natural
La mayoría de expertos coinciden en que la explicación más probable es que 3I/ATLAS sea un objeto interestelar de origen natural, muy probablemente un cometa.
El interés en este tipo de objetos ha crecido en los últimos años, tras el avistamiento de Oumuamua en 2017, otro visitante interestelar.
La comunidad astronómica sigue de cerca la evolución de 3I/ATLAS y aguarda nuevos datos que permitan confirmar su origen y características.