Viajes en el tiempo: qué dice la física sobre las paradojas temporales

La posibilidad de viajar al pasado ha alimentado teorías científicas y paradojas inquietantes. ¿Qué tan viable es retroceder en el tiempo según la física moderna? Exploramos los límites del espacio-tiempo y los dilemas que aún desconciertan a la ciencia.

Concepto de viajes en el tiempo.
Concepto de viajes en el tiempo.Shutterstock

Las bases: teorías y relatividad

La noción de viajar en el tiempo se fundamenta principalmente en la teoría de la relatividad de Albert Einstein (1905-1915).

A lo largo de los años, muchas citas supuestamente de Albert Einstein circulan en la cultura popular sin una verificación concreta.
Albert Einstein.

Según la relatividad especial y general, bajo ciertas condiciones extremas —como viajar a velocidades cercanas a la de la luz o en presencia de campos gravitacionales muy intensos— el tiempo puede “dilatarse” o comportarse de maneras contraintuitivas.

Soluciones teóricas a las ecuaciones de Einstein, como los agujeros de gusano o los “cilindros de Tipler”, sugieren caminos hipotéticos en los que el tiempo podría doblarse sobre sí mismo, creando atajos llamados “curvas cerradas de tipo tiempo”.

Estas estructuras permitirían, al menos en los cálculos, viajar al pasado.

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Paradojas temporales: el dilema del viajero

Sin embargo, la tentadora posibilidad de moverse hacia el pasado choca contra un muro conceptual: las paradojas temporales.

La más célebre es la paradoja del abuelo: si alguien viaja al pasado y evita que su propio abuelo conozca a su abuela, nunca nacerá, y por tanto nunca podría realizar el viaje. Este aparente sinsentido plantea serias dudas sobre la coherencia de los viajes temporales.

Otras paradojas incluyen la del “autocreación”, donde un viajero lleva consigo información o un objeto al pasado, creando un bucle causal sin origen claro.

¿Qué dice la física actual?

La mecánica cuántica añade complejidad a este panorama. El físico David Deutsch, en los años 90, propuso que la existencia de mundos paralelos —como los postulados por la interpretación de los “muchos mundos”— podría resolver estas paradojas.

Al modificar el pasado, según este razonamiento, se generaría una nueva línea temporal, separada de la original, evitando así las contradicciones.

Por su parte, la “conjetura de protección cronológica” del físico Stephen Hawking sostiene que las leyes físicas (aún desconocidas en detalle) deberían evitar la creación de curvas cerradas de tiempo, prohibiendo así los viajes al pasado y previniendo las paradojas.

Hasta la fecha, no existe evidencia experimental que permita confirmar o refutar de forma concluyente la posibilidad de viajar al pasado.

Los modelos teóricos suelen requerir energías y condiciones extremas —materia exótica o densidades de energía negativa— que están fuera del alcance de la tecnología y la naturaleza conocida.

El límite entre ciencia y ficción

En resumen, la física moderna no descarta por completo los viajes al pasado, pero plantea serias restricciones físicas y lógicas.

Las paradojas temporales representan un desafío con el que la ciencia sigue lidiando, y aunque las interpretaciones cuánticas y las soluciones relativistas ofrecen enfoques intrigantes, por ahora el viaje al pasado permanece en el reino de la especulación y la ficción científica.

Así, hasta que la física pueda ofrecer respuestas más contundentes —o los experimentos puedan ir más allá de la teoría—, viajar al pasado seguirá siendo un fascinante enigma, tan cerca de la imaginación como lejos de la realidad tangible.

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