¿Qué es el Aquilops?
El Aquilops, cuyo nombre significa “cara de águila”, fue un pequeño dinosaurio ceratopsio que habitó lo que hoy es América del Norte durante el periodo Cretácico Inferior, hace aproximadamente 109 millones de años.
Los primeros restos fósiles de este animal fueron descubiertos en Montana, Estados Unidos, en 1997, aunque su estudio y descripción oficial se publicaron recién en 2014.

A diferencia de sus primos más famosos, como el Triceratops, el Aquilops era diminuto: medía tan solo unos 60 centímetros de largo y pesaba alrededor de 1,5 kilogramos, similar a un conejo grande.
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Poseía un característico pico ganchudo y su cráneo, de unos 8,4 centímetros, presentaba una forma llamativa, parecida al pico de un águila, lo que le valió su nombre.
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Dolores, una estrella inspirada en la paleontología
Dolores, la mascota digital creada para “Jurassic World: Rebirth”, es un homenaje tanto desde lo visual como lo conductual al Aquilops.
Según los diseñadores de la película, la elección de este pequeño dinosaurio respondió al deseo de ofrecer una criatura entrañable y menos intimidante que los colosos habituales del universo Jurassic.

El aspecto de Dolores – con grandes ojos, pico curvado y movimientos ágiles – sigue muy de cerca las reconstrucciones modernas del Aquilops.
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“El Aquilops nos pareció una mezcla perfecta de ternura y rareza. Queríamos que Dolores fuera adorable, pero también que preservara características verídicas de los dinosaurios”, explica Samantha Torres, creativa principal del departamento de criaturas en la película.
Gracias a la tecnología CGI, los equipos de animación lograron darle vida a Dolores con gestos expresivos y un comportamiento curioso, casi como el de una mascota doméstica.
Un embajador de la ciencia
La incorporación de Dolores en “Jurassic World: Rebirth” no solo enriquece la saga, sino que también provoca un renovado interés por la paleontología y las especies menos conocidas del pasado prehistórico.
En museos y plataformas educativas, aumentaron las búsquedas y consultas sobre el Aquilops, evidenciando el poder del cine para impulsar la curiosidad científica.
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Así, el pequeño Aquilops ha dado un salto evolutivo: de un fósil casi olvidado en las rocas de Montana, al estrellato en las salas de cine de todo el mundo bajo la forma entrañable de Dolores.
Un recordatorio de que los dinosaurios no solo fascinan por su tamaño, sino también por las historias que aún podemos descubrir de ellos.