Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) han logrado desarrollar un robot acuático que al finalizar su vida útil puede ser ingerido por los peces, en la búsqueda de alternativas a dispositivos de monitorización ambiental actuales, creados con plásticos y componentes electrónicos.
El robot, con forma de pequeña embarcación, puede desplazarse por el agua mediante reacciones de dióxido de carbono, ácido cítrico, bicarbonato de sodio y propilenglicol, todo ello materiales no tóxicos y biodegradables, con los que ya se ha logrado que el aparato nade varios minutos, indicó un comunicado de EPFL.
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“Aunque el desarrollo de robots nadadores en miniatura para entornos naturales ha avanzado rápidamente, estos suelen depender de plásticos, baterías y otros componentes electrónicos, pero con este trabajo mostramos cómo pueden ser reemplazados por componentes completamente biodegradables y comestibles”, subrayó el doctorando en la EPFL Shuhang Zhang, uno de los desarrolladores del robot.
Muy nutritiva
La “comida para peces” en la que puede convertirse el robot incluso es más nutritiva que la comercializada en las tiendas para mascotas, al contener un 30 % más de proteínas y un 8 % menos de grasa.
EPFL ve posible que este tipo de robots se produzca en grandes cantidades con el fin de poder recoger datos medioambientales como el pH del agua, la temperatura, los contaminantes o la presencia de microorganismos.
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También podrían servir para suministrar nutrientes o medicamentos a los peces, e incluso se plantea la posibilidad de crear mascotas artificiales, aunque EPFL señala que los experimentos aún están en fases iniciales.
El nuevo robot, presentado en un estudio publicado en la revista especializada Nature Communications, es un producto más del Laboratorio de Sistemas Inteligentes, dirigido por Dario Floreano en la Escuela de Ingeniería de la EPFL y que ya ha creado con anterioridad otros dispositivos comestibles.