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El estudio, encabezado por Jonathan Richardson, ecólogo de la Universidad de Richmond, es pionero al vincular el calentamiento global con el crecimiento de las poblaciones de ratas. Aproximadamente el 40% del aumento en avistamientos está relacionado con el incremento de las temperaturas. Las ratas no solo transmiten enfermedades, sino que también provocan daños materiales que ascienden a 27.000 millones de dólares anuales en Estados Unidos.
Su aumento también podría afectar los ecosistemas urbanos, ya que compiten con especies nativas por recursos. “Su capacidad para transmitir enfermedades zoonóticas como la leptospirosis y el hantavirus es una preocupación para los expertos en salud ambiental”, recopila el medio Infobae.
Asimismo, la proliferación de ratas podría aumentar los brotes infecciosos en zonas densamente pobladas. El estudio evidencia cómo las temperaturas elevadas están cambiando los ciclos de vida de las ratas. Los inviernos más suaves permiten a estas criaturas reproducirse durante periodos más largos.
Richardson y su equipo analizaron datos de avistamientos recolectados durante más de una década en 16 ciudades, incluyendo Tokio y Ámsterdam. En Washington, D.C., los reportes incrementaron más del 300% en los últimos diez años.
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Adaptación y resistencia
Los veranos cálidos pueden haber impulsado cambios biológicos en las ratas, haciéndolas más resistentes al entorno urbano. La disponibilidad de alimento y la reducción de períodos de inactividad han permitido que estas poblaciones crezcan exponencialmente en ciudades del mundo. No obstante, la mala gestión de residuos también es un factor relevante. Basura mal manejada proporciona alimento constante, facilitando la expansión de los roedores.
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Ciudades como Washington, D.C., están implementando estrategias innovadoras. Allí, se creó una “academia de ratas” para capacitar a administradores en la eliminación de infestaciones. Nueva York ha contratado a un “zar de las ratas” centrado en asegurar la basura en contenedores herméticos. Sin embargo, los expertos advierten que el calentamiento global y la urbanización continuarán impulsando el aumento de las poblaciones de ratas en entornos urbanos.
Un gran desafío es la carencia de datos exactos sobre poblaciones de ratas. Según Niamh Quinn, de la Universidad de California, pocas ciudades cuentan con planes específicos para manejar roedores. Los investigadores se basan en las quejas presentadas a las autoridades de salud pública como un indicador indirecto. Aunque imperfecto, este método ayuda a estimar el tamaño de las poblaciones urbanas de roedores.
Recomendaciones de expertos
Con el aumento constante de las temperaturas globales, los expertos recomiendan que las ciudades adopten enfoques sostenibles para controlar las ratas. Richardson sugiere concentrarse en eliminar fuentes de alimento y refugio en vez de depender de métodos como el envenenamiento. Comprender los impactos del cambio climático en las poblaciones de ratas es esencial para asignar recursos y frenar la tendencia.
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Este estudio resalta la conexión entre el cambio climático y los desafíos urbanos. A medida que las ciudades enfrentan un futuro más cálido, la lucha contra las ratas se convierte en un nuevo frente para la sostenibilidad y una mejor calidad de vida en áreas urbanas.