A través de una experiencia de realidad aumentada, los visitantes del Museo Sigmund Freud de Viena pueden visualizar el diván que el médico austríaco se llevó en su exilio a Londres en 1938, en su huida del nazismo.
El diván, considerada como la pieza clave en la consulta del psicoanalista, aparece mediante una aplicación para teléfono móvil que muestra una imagen en 3D del mueble en su ubicación original.
Freud, que había nacido en el seno de una familia judía oriunda de Galitzia (hoy en Ucrania), se exilió en junio de 1938 en Londres, donde murió en septiembre de 1939, recién comenzada la Segunda Guerra Mundial.
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Sus cuatro hermanas no lograron abandonar Austria y acabaron siendo asesinadas durante el Holocausto.
El diván de Freud y el vacío que dejó
Peter Nömaier, director comercial del museo y presidente de la Fundación Sigmund Freud, explicó a EFE que el objetivo del proyecto es resaltar los vacíos dejados por la huida de Freud a Londres.
“Es importante no reconstruir el diván físicamente porque eso implicaría reescribir la historia. Queremos que los visitantes sientan que falta algo y explicar por qué”, comentó.
“No solo somos el museo que recuerda a Sigmund Freud, sino que también somos un lugar de memoria de la Shoah, de la matanza de seis millones de judíos”, subrayó Nömaier.
La instalación, desarrollada con la empresa alemana ZAUBAR, especializada en realidad aumentada en lugares históricos, está acompañada por un audiotexto en alemán e inglés que explica el contexto histórico de la ausencia del diván.
El diván de Freud en un escaneo en 3D
La imagen del sofá termina desapareciendo de la pantalla, dejando un vacío similar al de la sala, como recordatorio de la pérdida cultural y humana provocada por el Holocausto.
El Museo Freud de Londres, donde se conserva el diván original, permitió a ZAUBAR acceder al sofá para realizar un escaneo en 3D y crear una réplica virtual de la pieza, un regalo de un paciente de Freud y tapizada con una alfombra oriental.
Según el responsable del museo vienés, uno de los mayores desafíos tecnológicos fue asegurar que la aplicación funcionara en todos los dispositivos móviles y que la réplica virtual se colocara correctamente en la sala original.
Respecto al futuro, Nömaier enfatizó que el museo seguirá siendo en su mayoría analógico, evitando el uso de pantallas para mantener el ambiente original de la consulta de Freud, situada en la calle Berggasse 19, cerca del centro histórico de Viena.
“Queremos que los visitantes sientan que entran en una cápsula del tiempo, como si volvieran a la época de Freud. Seguimos siendo un lugar de memoria, un lugar de recuerdo. No queremos crear el ‘Disneyland’ de Freud”, concluyó.