Los drones, desde una altura máxima de 30 metros, controlan la presencia de sospechosos sobre las vías, que especialmente en horas nocturnas suelen ser autores de grafitis, señaló CFF.
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Los vuelos no tripulados pero controlados desde tierra por personal de vigilancia se llevan a cabo con aparatos del modelo Beehive 1 fabricados por la empresa local Sunflower Labs.
Comenzaron a principios del mes de julio con el permiso expreso de la Oficina Federal de Aviación Civil, precisó ATS.
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CFF no quiso especificar el número de drones que utiliza en estas operaciones de vigilancia, ni los lugares donde los ha desplegado, alegando motivos de seguridad.
La empresa nacional, responsable de una de las redes ferroviarias más densas de Europa, se queja de que cada año ha de invertir millones de francos para limpiar los grafitis y reparar los daños causados por esos y otros actos vandálicos en su red de transporte.