La combinación de una ola de calor marina y el cambio climático antropogénico contribuyeron “decisivamente” a la tormenta de granizo gigante -de hasta 12 cm- que ocurrió del 30 de agosto de 2022 en la provincia de Girona, han concluido investigadores de las universidades Complutense de Madrid (UCM), Valladolid (UVA) y Pablo de Olavide de Sevilla (UPO).
Mediante simulaciones numéricas, los investigadores han establecido por primera vez una relación directa entre el cambio climático y este tipo de fenómenos, ha informado hoy la Universidad Complutense.
En concreto, señalan que el desarrollo de una supercélula –una inmensa y dañina tormenta en rotación- se vio favorecido por una cantidad sin precedentes de energía convectiva, el “combustible” que alimenta la formación de esas supercélulas en la atmósfera, lo que se tradujo en una mayor severidad de la tormenta, incentivando la formación de granizo gigante.
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La tormenta, que afectó gravemente a la comarca del Baix Empordà de Cataluña, dejó a su paso importantes daños materiales en vehículos, tejados y campos de cultivo, numerosos heridos y la primera víctima mortal directa debida a granizo en Europa en los últimos 20 años.
“El estudio proporciona una mayor comprensión de los eventos de granizo extremo, y destaca la necesidad de tomar medidas para abordar el cambio climático y mitigar sus impactos, que pueden resultar devastadores en las comunidades más vulnerables”, destacó Mariano Sastre, investigador del Departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la UCM.
Tormenta de granizo gigante como ocurrían antes del tiempo preindustrial
Para llevar a cabo el estudio, cuyas conclusiones se han publicado en Geophysical Research Letters, los investigadores realizaron dos tipos de simulaciones numéricas.
La primera con las condiciones actuales y, en segundo lugar, otras que reproducían las condiciones del nivel preindustrial, el indicador de la temperatura global antes de la Revolución Industrial, considerada como el inicio de las emisiones sistemáticas y persistentes de gases de efecto invernadero de origen antropogénico.
Este nivel se utiliza como referencia para cuantificar el impacto de dichas emisiones y los consecuentes efectos del calentamiento global, recordaron los investigadores, y aseguraron que, con las condiciones preindustriales, el modelo proporcionó tamaños de granizo muy inferiores a los realmente registrados.
Los resultados también arrojan luz sobre la importancia de la ola de calor marina -un evento en el que la temperatura de todo un mar o gran parte de un océano es mucho mayor de lo habitual- en la creación de un entorno “convectivo” propicio para la formación de granizo gigante.
Tormenta de granizo gigante y la ola de calor
“Aparte del forzamiento antropogénico, cuando además se eliminó el efecto de la ola de calor marina en las simulaciones, se observó una notable reducción en los entornos convectivos favorables para la formación de granizo gigante”, explicó Sastre.
Los siguientes pasos de la investigación apuntan hacia la necesidad de profundizar en las complejas interacciones entre los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático antropogénico.
Además, entre las próximas metas de los investigadores está tratar de contribuir a diseñar un protocolo de avisos para que los servicios meteorológicos puedan alertar a la población a tiempo, en el caso de que se produjera en el futuro un nuevo evento similar.