El propulsor, un tipo de motor de iones capaz de generar hasta 50 kilovatios de potencia, demostró una operación estable durante la prueba, lo que indica un progreso importante en la implementación de esta tecnología espacial innovadora.
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La tecnología de propulsión de efecto Hall utiliza campos magnéticos y corrientes eléctricas para generar empuje en el espacio.
Este tipo de propulsión es conocido por su eficiencia y capacidad de proporcionar un control preciso sobre la dirección del movimiento de una nave espacial.
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La diferencia con esta innovación está en que el propulsor anidado utiliza una configuración de múltiples canales dispuestos de manera concéntrica, lo que permite un mejor uso del campo eléctrico y logra más empuje con la misma cantidad de energía.
China desarrolla su propio propulsor de efecto Hall anidado para mejorar la eficiencia energética
Esta configuración ofrece un potencial para mejorar el rendimiento en términos de eficiencia energética y control de trayectoria.
Con este logro, China se convierte en el tercer país en dominar esta tecnología anidada, tras EE. UU. en 2022 y Rusia en 2021.
El propulsor de efecto Hall anidado podría tener aplicaciones significativas en futuras misiones espaciales, proporcionando un medio de propulsión eficiente y confiable para una variedad de misiones, incluidas las de exploración y comunicaciones satelitales.
El avance en esta tecnología es resultado del compromiso continuo de China con la investigación y la innovación en el campo espacial, y representa un paso importante hacia el desarrollo de capacidades espaciales más avanzadas y sofisticadas.
En los últimos años, Pekín ha invertido fuertemente en su programa espacial y ha logrado hitos como el alunizaje exitoso de la Chang’e 4 en la cara oculta de la Luna en enero de 2019, un logro que ningún país había conseguido hasta la fecha.