El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, con sede en California, explicó en un comunicado que el hielo será un recurso vital para las primeras personas que lleguen a Marte, ya que les proporcionará agua para beber y un ingrediente clave para el combustible de cohetes.
"Pero también sería un importante objetivo científico. Astronautas o robots podrían algún día extraer muestras de hielo tal como hacen científicos en la Tierra, revelando la historia climática de Marte y explorando potenciales hábitats (pasados o presentes) para la vida microbiana", indicó.
Señaló que la necesidad de buscar hielo bajo la superficie deriva del hecho de que el agua líquida no es estable en la superficie marciana, ya que la atmósfera del planeta es tan tenue que el agua se evapora inmediatamente.
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Si bien hay bastante hielo en los polos de Marte (la mayor parte de agua pero también de bióxido de carbono), esas regiones son demasiado frías para que los astronautas (o robots) puedan sobrevivir mucho tiempo, abundó.
Es allí donde entra el proyecto de Mapeo de Hielo de Agua Subsuperficial (SWIM, en inglés), encabezado por el Instituto de Ciencia Planetaria en Tucson, Arizona, y administrado por el JPL en el sur de California.
El proyecto entregó recientemente su cuarto conjunto de mapas, el más detallado desde su inicio en 2017.
SWIM integra datos de numerosas misiones de la NASA, incluyendo las del Orbitador de Reconocimiento de Marte (MRO), el 2001 Mars Odissey, y el ahora inactivo Mars Global Surveyor. Combinando sets de datos los científicos han identificado los lugares en que es más probable que futuras misiones encuentren hielo bajo la superficie.
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Los instrumentos de esas naves espaciales han detectado lo que parecen ser masas de agua congelada subsuperficial a lo largo de las latitudes medias de Marte.
Las latitudes medias más septentrionales son especialmente atractivas porque tienen una atmósfera más densa que la existente en la mayoría de las otras regiones, lo que haría más fácil frenar una nave espacial durante su descenso.
El punto ideal para el aterrizaje estaría en el borde meridional de esta región, suficientemente al norte para que exista hielo pero lo suficientemente cerca del ecuador para asegurar las temperaturas más cálidas para los astronautas.
“Si uno envía humanos a Marte lo que quiere es ponerlos tan cerca del ecuador como se pueda. Cuanto menor sea la energía que tiene que gastarse en mantener calientes a los astronautas y a su equipo, más energía tendrá para otras cosas que necesitarán”, dijo Sydney Do, administrador del proyecto SWIM.