El grupo de científicos, entre los que figura el doctor Luis Falcon, presidente de GNU Solidario, y las ONG Investigación Sin Experimentación Animal (ISEA), Franz Weber Foundation, Animal Free Research y Plant-Based Health Professionals, proponen abrir un debate público con representantes de la Universidad y de la Generalitat.
En su carta denuncian que cada año se utilizan más de un millón de animales en toda clase de ensayos, donde se practican actos “crueles, ineficaces y poco fiables” que acaban generando “traumas físicos y emocionales”, con una alta tasa de muerte, y aseguran que “alrededor del 96% de estos experimentos resultan un fracaso”.
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“La ciencia debe darse cuenta de que los humanos son muy diferentes a otras especies”, afirma la carta, que cuestiona la posición de la Universidad de Barcelona (UB) sobre la supuesta necesidad de utilizar animales vivos para esta investigación con 38 perros beagle, y la contratación de una empresa, Vivotecnia, implicada en una investigación en su laboratorio de Madrid, en el que “se documentaron actos de crueldad extrema”.
Frente a la continuidad de los test con animales, los investigadores firmantes defienden los “grandes avances en los métodos de investigación sin animales que están diseñados para beneficiar a los humanos” y ponen como ejemplo “los modelos informáticos, la inteligencia artificial y los órganos en un chip”.
Así mismo reclaman “invertir en estos métodos” para producir “una investigación biomédica más fiable, pero también una sociedad más sana, humana, respetuosa y empática”.
Sentimientos de animales
La carta recuerda dos hitos de relevancia acerca de los sentimientos de los animales: la Declaración de Cambridge de 2012, que afirma que los humanos no son los únicos que poseen los sustratos neurológicos que generan la conciencia; y la Declaración de Toulon de 2019, que subraya que los animales deben ser considerados universalmente como personas y no como cosas.
Ambos manifiestos, suscritos también por profesionales de instituciones como el MIT, el Instituto de Tecnología de California o el Instituto Max Planck sirven a los firmantes de la carta para reclamar la paralización del experimento impulsado por el Ministerio español de Ciencia, desde una empresa radicada en el Parque Científico de Barcelona, y que se llevará a cabo en marzo en los laboratorios de Vivotecnia en Madrid.
También piden la liberación de los perros y la conversión de la Universidad de Barcelona “en una institución de referencia en la adopción de ciencia avanzada y abierta y de tecnología relevante para el ser humano sin el uso de animales no humanos”.
Luis Falcón, uno de los firmantes de la misiva, plantea la necesidad de un debate público y abierto. “A nosotros -dice- no podrán decirnos que esos experimentos son necesarios desde un punto de vista científico, puede que lo sean en un sentido burocrático, pero no científico, y mucho menos ético”.
El presidente de GNU Solidario propone un debate abierto entre responsables universitarios y del gobierno autonómico para “hablar de experimentos con animales y sin ellos, con la sociedad y la prensa como testigos”. “Veamos cómo se usa el dinero público y en qué repercuten estos experimentos en la salud humana y para los animales no humanos, y después de eso decidimos si queremos continuar por este camino”, concluye.