En su búsqueda de nuevas fuentes de energías alternativas y renovables, los investigadores de la EPFL han desarrollado un nuevo método basado en técnicas utilizadas comúnmente en procesos de curación de tintas para impresión electrónica que les permite convertir la biomasa en energía.
El método utiliza una lámpara de xenón que genera un potente disparo de luz sobre la biomasa para que ésta la absorba y desencadene instantáneamente una conversión fototérmica de los residuos biológicos en gas de síntesis (mezcla de hidrógeno, metano, monóxido de carbono y otros hidrocarburos) y biocarbón.
Esta técnica se usó en diferentes fuentes de biomasa: cáscaras de plátano, coco, naranja, mazorcas de maíz y granos de café, que se sometieron a 105 °C durante 24 horas y luego se molieron y tamizaron hasta obtener un polvo fino, explicaron los expertos en un comunicado.
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Después de completar el proceso, los dos productos finales que se obtienen son hidrógeno y biocarbón sólido.
El hidrógeno, considerado por algunos expertos como el combustible perfecto, puede producir electricidad y ésta, a su vez, puede generar hidrógeno, creando así un bucle de energía renovable e inocua para el medio ambiente.
El biocarbón sólido además de como combustible puede utilizarse como fertilizante.
“Cada kilo de biomasa seca puede generar alrededor de 100 litros de hidrógeno y 330 gramos de biocarbón, que es hasta la tercera parte de la masa de cáscara de plátano seca original”, indicó uno de los expertos partícipes en el estudio, Bhawna Nagar.