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Sobre el nombre común de esta ave consignó Félix de Azara en su manuscrito:
“debe de ser muy raro [este Tu’i] en la Provincia, pues nadie lo conoce; su dueño me dice que lo obtuvo de uno de los portugueses que vinieron del pueblo destruido de Igatimí, por cuyo motivo le llamo portugués”; y, en sus Apuntamientos, no mencionó nada al respecto.
Bertoni (Vocabulario) y Gatti (Enciclopedia) explican que el nombre común de esta especie en guaraní es Arua’i (zumbador), por ser el que más zumba en el aire cuando vuela (para el primero) o muy gritón (según el segundo).
Bertoni advirtió que recogió dicho nombre de los guaraníes del Alto Paraná (en el Paraguay) y del río Verde (en el Brasil).
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El primer individuo que Azara vio, y tuvo, se lo obsequió un indio del pueblo de San Joaquín; Azara lo crió en su casa durante un mes o más y, en todo ese tiempo -anotó en su manuscrito-:
“jamás se dejó manosear, y tomó tanto amor a una hembra Tuy [una Mbembéi (Forpus xanthopterygius)] que degeneró en furor en todos los movimientos, la solicitaba con cariño, y con violencia, pero jamás noté que la Tuy le dejase cubrir, aunque no se manifestaba desagradecida, muy al contrario. Pasado dicho tiempo los negros me lo trajeron muerto del corral donde andaba suelto, y como no se le halló herida sospeché que hubiese muerto víctima del amor no satisfecho”.
Posteriormente, en sus Apuntamientos, refirió:
“No le he visto al sur de los 25 grados; pero abunda muchísimo más al norte, y lo he encontrado en bandadas muy grandes, que me incomodaban con sus chillidos continuos, agrios y agudos”; y, luego de comentar el trágico fin de su primer individuo, señaló:
“He tenido otros idénticos, menos que carecían de dichas plumas rojas no simétricas, y que la peladura del ojo era obscura. Otro, idéntico al que acabo de hablar, difería en que el encuentro del trozo exterior era verde, y las tapadas medias de escarlata. Otro era todo verde, menos el orden mayor de tapadas del trozo exterior, que era amarillo puro, los mástiles de los remos encima azules, y lo pelado del ojo color de rosa apagado. No dudo que los colores rojos se toman y aumentan con la edad: que las hembras tendrán menos rojo; y que los indicados son jóvenes y hembras”.
Nomenclatura. Sonnini y Azara coinciden en identificar al Maracaná ala roja con La perriche-pavouane de Buffon (Psittacara euops), representado en las planchas iluminadas números 407 y 167 de Martinet con el nombre de Perruche de la Guiane. Nuestro naturalista agregó, además, en sus Apuntamientos:
“pues le da [Buffon al Pavouane] no solo las mismas medidas y colores que yo, sino también las propias costumbres, esquivez, y facilidad y claridad para hablar. Dice que le da el nombre que en Guyana, y que existe también en las Antillas. Le representa en las estampas 407 y 167, en la primera joven, y en esta adulto. Pero aquella le abrevia el cuerpo y la estatura, le da cola no aguda, lo pelado del ojo blanco, y en fin no es muy propia. Tampoco es muy buena la 167; porque sobre quitarle más de dos pulgadas, le da pico muy rojo, le niega peladura en el ojo, y tiene otros defectillos”.
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Sin embargo, el Maracaná ala roja, es el Aratinga leucophthalma descripto por el zoólogo alemán Philipp Ludwing Statius Müller (1776, Natursyst., Suppl. p. 75). El nombre que distingue a los individuos de esta especie está formado con las palabras griegas Leuko/blanco y ophthalmos/ojo, al notar Müller que los ojos de los de esta especie “están rodeados con anillos blancos”; por ello lo denominó Weißauge (Ojo blanco) o Psittacus leucophthalmus (Aratinga leucophthalma).
Costumbres. Azara solo pudo notar que esta ave hablaba con bastante claridad, que no se dejaba manosear, y que habitaba los bosques y quintas. Nada supo sobre su nido.
Caracteres. Los siguientes son los que Azara suprimió en la descripción del Maracaná verde de sus Apuntamientos:
Pico: es fuerte, apenas se conoce membrana en la base, donde están las narices redondas, cuya borda sobresale, y están hacia lo alto de la pieza superior a la raíz de la pluma, que algo las cubre;
Pestaña: pardea, y no tiene pelo;
Párpado, y lo alrededor de él: es pelado y blanquizco;
Uñas: no son muy corvas, todas son negras y muy gastadas;
Tarso: desnudo, pardo, y de escama pequeña;
Pierna: vestida.
Esta ave, puntualizó Azara, cruza sus alas en reposo sobre la cola.