El estudio, que entre 2001 y 2008 comparó las características de hombres y mujeres fumadores, demostró que las mujeres que buscaban ayuda para dejar de fumar presentaban mayores tasas de sobrepeso u obesidad, depresión y ansiedad que los hombres y tenían menos éxito en sus intentos de abandonaban el hábito.
"Nuestros resultados ponen de manifiesto que es necesario de ofrecer ayuda específica, adaptada a las necesidades de las mujeres que quieren dejar de fumar", comenta la investigadora de la Universidad de Borgoña (Francia) y autora del estudio, Ingrid Allagbe.
Los participantes del estudio tenían más de 18 años y al menos un factor adicional para la enfermedad cardiovascular: sobrepeso/obesidad, colesterol alto, diabetes, presión arterial alta, o antecedentes de accidente cerebrovascular, ataque cardíaco o angina de pecho.
Después, se les clasificó en función de su dependencia a la nicotina (leve, moderada o grave) y se fijó la abstinencia en 28 días consecutivos sin fumar que se confirmaban con una medición del monóxido de carbono exhalado inferior a 10 partes por millón (ppm).
Los participantes también informaron sobre su nivel de educación, su altura y peso, posibles afecciones como la diabetes o las enfermedades respiratorias, el número de cigarrillos diarios y otros aspectos de su historial médico, como el uso de ansiolíticos o antidepresivos.
En total 37.949 fumadores participaron en el estudio, 16.492 (43,5 %) eran mujeres con una edad media de 48 años, ligeramente menor que la de los hombres que era de 51 años. Además, el 55 % de las mujeres y el 45 % de los hombres tenían una licenciatura o un grado superior.
Hombres y mujeres presentaban una elevada carga de factores de riesgo cardiovascular aunque ellos tenían tasas más altas de colesterol (33 % de los hombres frente al 30 % de las mujeres), presión arterial alta (26 % de los varones frente al 23 % de las mujeres) y diabetes (13 % frente al 10 %, respectivamente).
Por el contrario, ellas tenían más sobrepeso u obesidad en comparación con los hombres (27 % frente al 20), síntomas de ansiedad o depresión (37,5 % frente al 26,5 % de los hombres), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (24 % frente al 21 %) y asma (16 % frente a 9 %).
Las mujeres fumaban menos (23 cigarrillos al día frente a los 27 que fumaban ellos), tenían una menor tasa de dependencia severa de la nicotina (56 % frente al 60 % de los hombres).
"Los resultados sugieren que, pese a fumar menos y ser menos dependientes de la nicotina que los hombres, a las mujeres les resulta más difícil dejar de fumar. A ello podría contribuir la mayor prevalencia de ansiedad, depresión y sobrepeso u obesidad entre las mujeres", detalla Alllagbe.
Para esta investigadora, una de las causas podría ser que "las mujeres se enfrentan a diferentes barreras para dejar de fumar relacionadas con el miedo a ganar peso, las hormonas sexuales y el estado de ánimo".
“Estos resultados indican que se necesitan programas integrales para dejar de fumar dirigidos a las mujeres que ofrezcan un enfoque multidisciplinar en el que participen un psicólogo, un dietista y un especialista en actividad física”.