BioNTech, una intrépida pequeña empresa en el esprint de la vacuna contra covid-19

BERLÍN. La empresa emergente alemana de biotecnología BioNTech nunca había producido una vacuna, pero lidera la carrera en la búsqueda de un escudo contra el covid-19, gracias a una tecnología innovadora.

Sede de la compañía alemana Biontech  en Mainz, Alemania.
Sede de la compañía alemana Biontech en Mainz, Alemania.DANIEL ROLAND

La luz verde del Reino Unido este miércoles a la vacuna que esta pequeña compañía produce en una sorprendente alianza junto al gigante estadounidense Pfizer, corona diez meses de investigaciones.

Pionero contra el cáncer

Con sede en Maguncia, capital del estado federal de Renania-Palatinado, esta sociedad de unos 1.500 empleados está especializada en la investigación de las inmunoterapias para el tratamiento del cáncer y de enfermedades graves o hereditarias.

BioNTech fue fundada por una pareja de investigadores alemanes de origen turco, Ugur Sahin y Özlem Türeci, y se especializó sobre todo en el desarrollo de terapias individuales adaptadas a cada enfermo de cáncer.

En este sentido, el laboratorio trabaja en la tecnología del ARN mensajero (ARNm), una molécula que permite al cuerpo humano crear proteínas virales que desencadenarán una respuesta inmunitaria. Esta tecnología tiene la ventaja de poder desarrollarse rápidamente, sin crecimiento celular.

Capacidad de reacción

El inmunólogo Ugur Sahin, de 55 años, contó a la AFP en noviembre cómo le llamó la atención a principios de año un artículo publicado en The Lancet, la revista médica británica, que describía la veloz propagación de un nuevo virus aparecido en Wuhan. “El hecho de que las personas asintomáticas pudieran transmitir la enfermedad me preocupó”, dijo.

El riesgo de pandemia mundial aún no se mencionaba, pero BioNTech decidió desde ese momento trabajar sobre este nuevo virus. Antes incluso de que el planeta entrara en confinamiento semanas después, ya había desarrollado 20 proyectos de vacunas, explicó Sahin en Spiegel.

La fuerza de Pfizer

La pequeña empresa alemana y Pfizer, el gigante estadounidense de casi 100.000 empleados, ya habían establecido una asociación de investigación y desarrollo en 2018 para la concepción de vacunas a ARNm destinadas a prevenir la gripe, que desembocó en el desarrollo de ésta.

Para BioNTech, que aún no ha producido ni puesto en el mercado tratamientos médicos autorizados, unirse a la fuerza de Pfizer fue una ventaja.

La alianza entre ambas empresas se anunció a mediados de marzo y supuso unir “las capacidades de desarrollo y comerciales de Pfizer con la tecnología y la experiencia de las vacunas ARNm de BioNTech”. “Es nuestra tecnología”, recuerda Sahin. “La cooperación es ideal” pues “nos permite desarrollar y distribuir una posible vacuna lo antes posible”, explica en Spiegel.

Producción encarrilada

El laboratorio tiene como objetivo fabricar 50 millones de dosis este año y hasta 1.300 millones el próximo año. En septiembre, BioNTech anunció la adquisición de una planta del grupo suizo Novartis en Marburgo, en el centro de Alemania, para aumentar sus capacidades de producción.

Marburgo se añade a los dos laboratorios de BioNTech, que produjeron vacunas para los ensayos clínicos, y al menos a cuatro plantas de Pfizer en Estados Unidos y Europa.

Varios países y la Unión Europea ya reservaron millones de dosis de la vacuna BioNTech/Pfizer a la espera de las eventuales autorizaciones de comercialización en los diferentes países interesados. A mediados de marzo, BioNTech firmó igualmente un acuerdo de cooperación con la china Fosun Pharmaceutical, con sede en Shanghái, que será el distribuidor exclusivo de la vacuna en China.

Un “Dream team”

Ugur Sahin y Özlem Türeci han sido siempre discretos sobre su trayectoria personal: él es hijo de un obrero de la industria automotriz y llegó de Turquía cuando tenía cuatro años. Ella es hija de un médico que salió de Estambul y se instaló en el norte de Alemania.

Pero la fama ha atrapado a los que la prensa ya califica de “Dream Team”, un equipo de ensueño. La acción de BioNTech se ha disparado y la pareja ya forma parte de los cien alemanes más ricos.

Ugur Sahin prefiere sin embargo insistir en el trabajo de equipo. “Siempre quisimos ser científicos. Es importante que la gente, sea cual sea su origen, tenga la posibilidad de avanzar y hacer realidad sus sueños”, dijo a la AFP.

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