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El periodista Figueredo siempre sale con protección policial para sus coberturas periodísticas.
El compatriota Cándido Figueredo Ruiz es uno de los cuatro profesionales de la comunicación que han sido premiados este año por el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) por su defensa de la libertad de prensa. El valiente profesional, que asume su función fundamental de vigilancia del poder público, y que la ejerce, en un país donde la justicia no existe, recibe el galardón en una cena que se realizará en Nueva York, Estados Unidos, el próximo 24 de noviembre. Conversamos con él sobre la distinción y la realidad nacional. Sostiene en la entrevista que muchos intendentables y políticos de turno, cuentan con el apoyo de narcotraficantes, en el Paraguay.
Cándido Figueredo trabaja desde la ciudad de Pedro Juan Caballero, en la frontera con Brasil, como corresponsal. El ha recibido “constantes amenazas de muerte” y se ha visto obligado a vivir con protección policial durante todo el día en las dos últimas décadas debido a su cobertura informativa sobre el tráfico de drogas, en la frontera de Brasil y Paraguay.
- La CPJ documentó la muerte de al menos cinco periodistas desde 1992 en Paraguay por su trabajo informativo. Tres de ellos perecieron en el 2014, incluyendo este año, otro reportero de ABC Color en la frontera, Pablo Medina Velázquez y su asistente, ¿considera que vale la pena, el trabajo que está haciendo?
Nací en la frontera con el Brasil, en Pedro Juan Caballero. Desde niño vi la enorme impunidad de los mafiosos y que nunca nadie les señalaba con el dedo. Siempre en mi niñez dije que me compraría una radio para denunciar los hechos. Nunca tuve dinero para la radio, pero hoy tengo un medio como corresponsal de ABC Color, para denunciar la corrupción y el narcotráfico. Elegí esta profesión, por que creo que solo haciendo conocer la verdad de los hechos, conseguiremos, una patria mejor, para todos.
- ¿Ejercer el periodismo en la frontera, es una profesión muy peligrosa en el Paraguay, podría perder la vida...
Sí, es diferente ejercer la profesión en una ciudad fronteriza que en la capital del país. Primero por la situación geográfica. En mi caso, es una frontera seca. Apenas una calle, divide al Brasil del Paraguay. Aquí un sicario asesina su víctima, en el lado paraguayo y cruza al territorio brasileño. Hasta que llegue la policía y los del Ministerio Público para el levantamiento del cadáver, él sicario ya está a 100 kilómetros, del lugar del hecho. El periodista de frontera está expuesto al peligro constante. Los narcotraficantes y contrabandistas ofrece dos cosas a los hombres de prensa en las fronteras: dinero o plomo! Se necesita una integridad total para no caer en las garras del enemigo. Cuando un periodista de frontera se decide a ser honesto, éste estará expuesto a las amenazas, acribillamiento de su vivienda y ataque en su vida privada para corroer su credibilidad, que es esencial para la profesión.
- ¿Qué apoyo y acompañamiento de la Redacción Central, cuentan los corresponsales en el Paraguay, en los lugares donde el narcotráfico, el contrabando, son constantes?
Ninguna noticia, “vale una vida”. Los periodistas que trabajamos en la frontera cuando somos amenazados y se hace la denuncia, el Gobierno lo único que hace es poner a disposición agentes policiales para protegernos. ¡Esto no es una garantía plena! Los periodistas tienen que ser capaces y responsables de analizar y crear un sistema de seguridad propio, para cuidar su integridad y su vida. Tenemos todo para perder si no tomamos los cuidados necesarios. Asumo como una regla de vida, analizar y ver si la noticia tiene una relevancia muy grande, que valga la pena, poner en peligro la vida.
- Sufre constantes persecuciones por sus publicaciones, ¿hubo algunas denuncias que le hicieron dudar de su decisión de continuar con la profesión?
Mi área de cobertura es el departamento del Amambay. Hace poco tiempo, se conoció un informe de que la zona del Amambay era caracterizado por ser la mas violenta del país. Aquí operan narcotraficantes y contrabandistas de armas y un sin fin de otras mercaderías. Esto mueve millones y millones de dólares. Existe una economía paralela, en negro, que finalmente, hace que toda la sociedad dependa de ese enorme flujo de dinero. Entonces cuando remas contra la corriente y denuncias estos hechos, claro que se tiene poderosas organizaciones que intentarán callarte. Nosotros desde la Redacción Regional, hemos y seguimos publicando las acciones de estas organizaciones. Las respuestas de ellos, es contundente! Miles de llamadas telefónicas amenazantes, acribillamiento de la Redacción, en dos oportunidades, y en dos ocasiones el móvil, en donde nos desplazamos para hacer nuestras labores diarias. También, el constante ataque para “minar” nuestra credibilidad, tanto en la vida profesional, como particular.
- ¿Qué acusación hecha contra su persona le molestó más?
Cuando investigamos a poderosos narcotraficantes y sus tentáculos en la política, en el Poder Judicial, en el Ministerio Público y en el estamento policial, ocasiona un gran peligro para entorpecer sus negocios ilícitos. Ellos jamás te perdonan. Si no te pueden asesinar de inmediato, inician una campaña para intentar minar tu credibilidad. En mi caso, ya perdí la cuenta de todo lo que me endilgaron. Por las radios, escucho que soy homosexual, igual que mi patrón. Que soy extorsionador y que “fulano” y “mengano” me habían pagado por tal o cual publicación. Incluso un Senador de la Nación me acusó de ser “narcoperiodista” en un canal de televisión. Cuando le pidieron una prueba, el mismo señaló que me consideraba narcoperiodista por que había realizado entrevistas en la clandestinidad, para la Redacción Central, a varios “narcos” que estaban prófugos de la justicia. Por eso pienso que la única arma poderosa que tiene un periodista en áreas como la mía, es la conciencia y el mayor desmentido es seguir publicando y seguir “molestando”, a pesar de que las consecuencias a pagar sea muy alto.
- ¿Qué implica para su profesión que le hayan otorgado el premio del Comité de Protección para Periodistas?
Es una distinción muy especial, teniendo en cuenta que no envíe ningún trabajo periodístico para concursar. El Comité de Protección de Periodistas, de Nueva York, investigó y analizó nuestro trabajo desde la Redacción Regional, desde hace varios años y consideró que merecía el premio. A nivel personal, el premio me da la pauta de que no estamos solos y abandonados en nuestro lugar de trabajo, en el departamento del Amambay. Ayudará asimismo que la situación de la libertad de prensa en Paraguay sea ventilado y conocido en varios ámbitos del mundo, teniendo en cuenta que visitaré en los Estados Unidos, universidades, Secretarías de Estado y varias comisiones del Congreso estadounidense, en donde daré a conocer la situación de los periodistas y de la prensa de nuestro país.
- ¿Por qué es importante que los corresponsales de frontera sigan denunciando hechos de corrupción y del narcotráfico, en el país?
Porque si nos callamos, no cambiará jamás. Hay que tener en cuenta que los políticos, las fuerzas públicas los del Poder judicial y del Ministerio Publico ven a las ciudades fronterizas como un lugar donde en forma rápida, pueden hacerse ricos. La presencia desde tiempos inmemoriales de bandas de narcotraficantes y contrabandistas que compran protección, para seguir sin problemas en sus negocios, siempre ha atraído a las autoridades de turno, en esta frontera. Aquí nació la narcopolítica y sigue gozando de buena salud. Por eso es importante, a pesar del enorme peligro, seguir denunciando los hechos criminales de estas bandas por que de lo contrario el pueblo estaría mucho peor.
- ¿Cómo es su día cotidiano, a sabiendas de que le pueden matar en cualquier momento?
Inicio las tareas a tempranas horas. Lo primero que veo al salir de mi habitación es un personal policial armado de una metralleta que me saluda y me dice: ¡Sin novedad la noche, Señor! Luego realizamos el cambio de guardia, sale tres policías y entra otros tres, para la guardia de 24 horas. Inspeccionamos juntos las armas, municiones, chalecos antibalas y radio de frecuencia policial. Si se hace necesario mi salida, dos policías armados de metralletas me acompaña. Salimos por un camino alternativo y volvemos por otro. Nunca utilizamos los mismos itinerarios, no tenemos que entregarnos a la rutina.
- ¿Cuantos años hace que está con protección policial para cumplir su profesión?
- De los 21 años que trabajo en ABC Color y desde hace 20 años y ocho meses, vivo las 24 horas con guardia policial. Mi Redacción Regional más se parece a una Comisaria Policial que a una Redacción Periodística. Cuento con guardia policial las 24 horas del día. La comprensión y el apoyo de mi diario y la responsabilidad principal, que es mía, la de analizar que se puede hacer y que no se puede hacer. Cada día debo tomar decisiones sobre el trabajo, cuándo salir corriendo hacia Asunción y cuando quedarme, trabajando por aquí. La postura es la misma de siempre, denunciar todo tipo de ilegalidad que se presenta en el departamento del Amambay. Siempre fui consciente que al tomar una postura crítica y comprometida ante las autoridades corruptas perdería lo más importante que tiene una persona: la libertad de poder moverme sin restricciones. Nunca camino por las calles de mi ciudad. No tengo vida social. Y sabiendo que la mitad de la población paraguaya está sumida en la pobreza, es un aliciente más para seguir denunciando los hechos de corrupción que empobrecen a nuestro país. Los periodistas paraguayos debemos ser conscientes que la ciudadanía no confía en las instituciones de los Poderes del Estado y tienen en los Medios de Comunicación como una alternativa para conseguir justicia o atención de sus casos. Por eso tenemos que seguir denunciando, sin cansarnos, la corrupción que hace que unos pocos se enriquezcan a costa del pueblo. Nuestra tarea principal es crear conciencia crítica y que la gente exija sus derechos y que se le condene a los corruptos. La impunidad en Paraguay es el peor flagelo que impide combatir la corrupción imperante en el país.
- Sufrió varios atentados debido a sus denuncias ¿no tiene miedo?
Si digo que no tengo temor, mentiría. Soy plenamente consciente de que me pueden matar, en cualquier momento. Pero el “virus” del periodismo está en la sangre y me empuja a seguir cumpliendo mi deber de sacar a la luz pública los hechos de corrupción para que la ciudadanía tenga la oportunidad de saber si en las próximas elecciones, volverá a depositar la confianza o no a quien le votó. Creo que no me sentiría feliz haciendo otra cosa, soy un periodista por convicción y sé a lo que me arriesgo, todos los días.
Recuerdo la primera vez que ametrallaron la redacción regional, eran las 03:00 de la madrugada. Estaba durmiendo plácidamente. De repente, la quietud de la noche se rompió con el tableteo de una metralleta que rompía vidrios, ventanas y puertas de la redacción regional. Sin darme cuenta, estaba bajo la cama. Parecía que nunca cesaría el ruido, parecían horas, pero en realidad fueron apenas unos minutos. Fueron 32 impactos de balas, cuyo mensaje claro fue: “Cállate o te matamos”! Tengo pavor, pero me acostumbré a vivir con el temor. Mi mayor miedo es que gente inocente, como los policías que me custodian, pierdan la vida, por mi culpa.
- ¿Como maneja su relación familiar en la situación en que vive?
No tengo mucha relación familiar, por un lado es para protegerlos a ellos. En una oportunidad un traficante secuestró a un hermano y le exigió que me pregunte de dónde saqué cierta información relacionada, a la mafia fronteriza. Mi hermano le respondió que ni él, ni los otros familiares no mantenían contacto alguno conmigo. Mis padres ya fallecieron, mis hermanos viven en la ciudad y están en diversas actividades laborales. Soy padre de dos hijos, David, ya fallecido y Elisabeth, que vive con su familia, en Noruega.
- ¿Qué planes tiene para el futuro?
- No pienso mucho en el futuro, vivo un día a la vez. Seguiré en la profesión, hasta donde pueda, ya que eso me brinda un poco de seguridad.
- El atentado contra Pablo Medina, el 16 de octubre de 2014, en Villa Ygatimí, Canindeyú, era un secreto a voces, ¿qué puede manifestar al respecto?
Admiraba mucho al compañero Pablo Medina por su dedicación al trabajo. Estábamos en constante comunicación ya que muchos de los narcos que corrían de Pedro Juan se refugiaban en su zona. Me llamaba de tarde y de noche e intercambiábamos informaciones de nuestros personajes de turno. Era incansable trabajador y de un espíritu alegre. El legado que dejó Pablo a los periodistas es seguir denunciando las actividades criminales de los narcotraficantes y sus cómplices en la política. Al mismo tiempo nos hace recordar a los periodistas de frontera, de lo peligroso que es “enfrentarnos” a los “narcos” denunciando sus hechos. También nos enseña que debemos cuidarnos y planificar nuestras salidas teniendo siempre en cuenta la seguridad. Pablo Medina fue asesinado porque era una piedra caliente, en el zapato de un narcopolítico. Sus investigaciones desnudaron públicamente a nivel nacional, el relacionamiento entre narcos y políticos, que en las ciudades fronterizas, siempre existió.
- ¿Qué puede opinar, sobre la concreción de la extradición del exintendente de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta, autor intelectual del asesinato de Pablo Medina?
- Estoy satisfecho porque vendrá a afrontar su responsabilidad ante la justicia por ordenar la muerte del colega Pablo Medina y su asistente. En ese momento, “Neneco” era intendente de Ypejhú. Acosta fue detenido en marzo de este año en Naviraí, un municipio del estado de Mato Grosso del Sur, Brasil. En la causa se encuentran aún prófugos Wilson y Flavio Acosta, considerados autores materiales del doble asesinato. Considero un hecho resaltante que éste caso será la primera vez que un autor moral del asesinato de un periodista será juzgado en nuestro país. Lastimosamente, todos los periodistas asesinados, desde el fin de la dictadura, jamás fueron condenados, ni los mandantes y mucho menos, los sicarios que ejecutaron el crimen.
- ¿Cuáles son las principales investigaciones que denunció y de los que la Fiscalía debería ocuparse?
La conexión de políticos con altos exponentes de la mafia fronteriza. Hemos publicado con documentos de escribanía de la relación comercial entre conocidos traficantes con altos exponentes políticos, pero nunca fueron investigadas por el Poder Judicial cuyos miembros, en su gran mayoría, están comprometidos con los mafiosos de frontera.
- ¿La ciudadanía sostiene que el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), son protectores de los narcotraficantes ¿qué opina usted?
Creo firmemente que los del EPP están confabulados con traficantes de marihuana. Me queda la duda si estarían con traficantes de cocaína que poseen grandes estructuras de poder económico y en cuestión de armas. En el departamento del Amambay aún no se ha podido confirmar plenamente si los traficantes de cocaína, con una estructura de poder enorme, con tentáculos en todos los sectores de poder de la sociedad, tengan algún tipo de actividades conjunta.
- ¿Por qué la Fuerza de Tarea Conjunta, con alto presupuesto y con dos años de actividad, tiene pocos resultados ante un grupo pequeño de personas armadas?
Porque la corrupción imperante está también presente en las Fuerzas de Tareas Conjunta. Existen denuncias que las tropas no reciben, alimentos ni equipos suficientes. El enorme flujo de dinero estaría siendo desviado. No existe una lógica de que no puedan ubicar y detener a un grupo pequeño de delincuentes armados, que secuestran a gente trabajadora inocente.
- ¿Cuál es su evaluación de la gestión del Gobierno central y de todo el país, ante las elecciones municipales?
El gobierno central, aún está en deuda con la gente en situación de pobreza, hay muchas necesidades que cubrir. Hay que trabajar con más fuerzas. En cuanto a las elecciones municipales, se presentan con las mismas falencias de siempre. Hay candidatos a intendentes con apoyos de narcotraficantes, personas de dudosa trayectoria, candidatos buscados por la justicia, como el caso del colorado en Capitán Bado.
Cándido Figueredo Ruiz nació el 6 de junio de 1956 en Pedro J. Caballero. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en su ciudad natal. Realizó diversos cursos en Suecia y Noruega en los años 1978, 1979 y 1981. También tomó cursos ” Para periodistas en Zonas Hostiles”, en Buenos Aires, Argentina, en los años 2004 y 2005 organizadas por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Se capacitó en periodismo, en el Brasil, Argentina y Colombia.
Acudió como expositor invitado en seminarios periodísticos en Universidades de San Pablo, Buenos Aires y Rio de Janeiro, en la Unesco y las Naciones Unidas, en Senegal, África, en el 2014. Es socio Honorario del Foro de Periodistas Argentino.
Se desempeñó 4 años en trabajo social, dentro de la Misión Noruega en el Paraguay. Vivió 15 años en Noruega. Fue director de Radio Yby Yau en 1994. Y desde abril de 1995 es corresponsal del Diario ABC Color, en Pedro Juan Caballero, frontera con Ponta Pora, Brasil. Desde 1999 hasta la fecha es jefe de la Redacción Regional del matutino en el departamento del Amambay, ubicado en el Nordeste del Paraguay. Su área de cobertura son temas relacionados al narcotráfico, tráfico de armas y diversos tipos de contrabando.