El campo, oportunidad para jóvenes

La migración de jóvenes del campo hacia la ciudad es una realidad que va en aumento, y esto es algo que debería preocupar a todos, no solo a aquellos que están relacionados con el quehacer agropecuario, por la necesidad de personas que sigan llevando adelante al sector, sino también, a los que viven en la ciudad, porque están directamente relacionados con todo lo que tiene que ver con el campo y principalmente, la seguridad alimentaria.

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Un conocido periodista de radio y televisión, tuvo una conversación con un productor rural, y le dijo que él no necesitaba de la gente del campo, porque todo lo que comía solo tenía que comprarlo del supermercado. Lastimosamente, este concepto lo tienen muchas personas y se debe cambiar.

Prácticamente casi todo lo que comemos viene del campo, sea en forma directa o transformada, a excepción de los peces y otras cositas.
El rol del productor rural es fundamental dentro de lo que románticamente se denomina la seguridad alimentaria, y decimos románticamente, porqué, cada vez estamos más cerca de la “inseguridad” alimentaria, por falta de personas que trabajen en el campo.

Las razones por la que muchos jóvenes dejan el campo son conocidas: falta de oportunidad, poca capacitación, falta de vocación hacia el trabajo rural, nulo uso de la tecnología, factores familiares en el orden de la sucesión o cantidad de integrantes dentro de dicho núcleo, oportunidades laborales rápidas pero no bien remuneradas en las zonas urbanas y muchas otras causas.

O sea, hay muchas justificaciones para que los jóvenes puedan decir que no tienen nada que hacer en el campo, sin embargo, más que mirar los problemas deberíamos ir pensando en como solucionar esta situación.

En un Foro de Agricultura del cual participamos recientemente en Curitiba, Brasil, los disertantes pusieron mucho énfasis en la necesidad de que el campo se vuelva atractivo, para que los jóvenes decidan quedarse, pero ¿cómo lograr eso?

La adopción de tecnologías para desarrollar mejor las unidades productivas fue una de las principales respuestas a esa pregunta, pero a esto se deben sumar otros factores, como que los propietarios deben ir preparando a sus hijos para que los sucedan, no solo a uno, sino a todos (sus hijos), y aquellos que no tengan interés en el sector rural, que también puedan tener la oportunidad de desarrollarse en otras actividades, pero que su fuente de sustento sea la unidad productiva bien manejada y que genere ganancias.

Las grandes unidades productivas familiares estadísticamente tienen mayores posibilidades de sobrevivir a esta sucesión, mientras que las medianas y pequeñas, si no son bien manejadas, y preparadas para que esta sucesión sea sustentable y sostenible en el tiempo, tienden a desaparecer.

No existe una formula mágica para que los jóvenes puedan quedar a trabajar en el campo o se sientan atraídos por seguir allí, pues si la hubiese, ya todos los países la estarían aplicando.

La realidad es que el mundo necesita y seguirá necesitando alimentos, se puede vivir hasta sin ropa, pero sin comer no se puede vivir, y de donde vendrá esa comida, del campo, y en Paraguay hay muchas oportunidades, este planeta sigue creciendo en densidad poblacional y necesita de alimentos, y aquellos que sepan aprovechar esta situación, lograran muchos beneficios a corto, mediano y largo plazo.

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