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La prevención es algo que los productores paraguayos, sean pequeños, medianos o grandes deben aprender y practicar. Así, cuando se hace un monitoreo de plagas o enfermedades en cualquier cultivo, se identifica el problema antes que se agrave y se controla; pero si no se le da importancia y se quiere controlar una vez que se disemina la plaga o enfermedad, el daño y las pérdidas que se producen ya son irrecuperables. Eso puede pasar con el evento “La Niña”.
Si bien el agricultor no tiene el dominio sobre los fenómenos naturales, existen métodos o tecnologías que pueden ayudar a paliar algunas situaciones, y principalmente en este caso, en donde las predicciones de que habrán problemas hídricos ya se manejan.
El Ing. Agr. Miguel Alonzo, conocedor de la situación hortícola de nuestro país y hombre que traspira por los poros lo que es el campo nos decía: “El productor paraguayo que no empiece a adoptar las nuevas tecnologías tenderá a desaparecer”.
Actualmente en el mundo, el 80 por ciento del alimento que se consume viene de la agricultura familiar, y no nos conviene que los agricultores desaparezcan, porque si no, ¿quien va a sembrar o plantar lo que comemos actualmente?.
Los productores deben pensar seriamente en lo que será la presencia de “La Niña”, pues si ahora que se tiene buena cantidad de agua, la producción está teniendo problemas, que será cuando el calor y la falta de agua se hagan presentes.
La predicción de que se vienen dos años de sequía a causa de “La Niña”, fue presentada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y entiéndase por sequía, una merma en las lluvias, que sumada a los intensos calores favorecen a este fenómeno y golpearán con fuerza a los productores.
De acuerdo con el Ing. Alonzo, los productores pueden comenzar con algunas prácticas que están a su alcance. Por ejemplo, la instalación de invernaderos efectivos para el clima de nuestro país, pero estos invernaderos deben estar validados y demostrados que sirven para zonas tropicales. Además, la inversión en media sombra; algo fundamental como los sistemas de riego por goteo; o bien por aspersión.
En cuanto a investigaciones, Paraguay no cuenta con variedades tropicales propias en horticultura. Las que se usan se traen de nuestros vecinos Brasil y Argentina. Es por ello, que hace falta un mayor apoyo a la investigación y un compromiso de las instituciones estatales. Por otro lado, no existe una zonificación de la producción, de tal forma que se pueda producir todo el año; en forma escalonada, y no como está pasando actualmente, que hay meses en que una caja de tomate llega a 200.000 guaraníes y en otro mes cuesta 20.000 guaraníes. Esto es también por una falta de planificación en la época de cultivo de cada especie.
Alguien debe hacer algo, el Ministerio de Agricultura y Ganadería es la responsable de velar por los intereses de los productores; guiarlos, apoyarlos y como en este caso, adelantarse a los hechos futuros, pues todo indica que este será un verano muy duro para los agricultores. Y una consecuencia traerá a otra, pues si hay desabastecimiento subirán los precios; los productores que no adopten tecnología tendrán que prescindir de los servicios de su personal y el resto de la historia ya es conocida.
Debemos aprender a anticiparnos a los hechos; pensar a futuro y si es posible a largo plazo, porque solo así seguiremos creciendo. Los grandes productores seguirán trabajando a su manera; ganando un año, perdiendo otro, endeudándose uno, empatando en otro. Pero el pequeño y mediano productor, principalmente el hortícola, tal vez no tenga la espalda necesaria como para aguantar este tipo de situaciones.
Es por eso que volvemos a preguntar ¿Están preparados los productores para enfrentar este fenómeno climático?