Cargando...
Establecido a unos 430 kilómetros de Asunción, se estima que más de 1.000 personas de este distrito, están directamente involucradas en la cadena de producción de la zanahoria, y que en la actualidad existen unas 900 mil hectáreas plantadas; con un promedio de producción que oscila las 20 toneladas por hectárea. Prácticamente producen durante 11 meses del año. Hasta ahí todo muy lindo.
Sin embargo, conversando con autoridades y productores de dicha zona, los mismos reconocieron que no cuentan con una fábrica o industria para procesar o darle un valor agregado a la zanahoria que cosechan.
Algunos comités de productores han logrado convertirse en cooperativas, logrando así instalar centros de acopio, en donde se realiza la recepción, el lavado, la selección, el embolsado, y solo en algunos casos el estacionado en cámaras frigoríficas para que el producto no se pierda.
De acuerdo a lo conversado con uno de los pocos profesionales especialistas en cultivo de zanahoria (si no es el único en la zona), el problema empieza desde el mismo uso de variedades de semillas; manejo inadecuado de suelos y la falta de adopción de nuevas tecnologías de producción, ya que la mayoría de los zanahorieros (no todos) siguen utilizando las viejas técnicas de cultivo; sin un buen manejo de suelo, falta de rotación de cultivos; sin el uso de cobertura plástica o de mallas media sombra por solo citar algunos ejemplos. Si mejoraran en estos aspectos, aumentarían en un 50 por ciento su volumen de producción. Esto, hablando solo de la parte agronómica.
En lo que tiene que ver con el procesamiento, se mantienen viejas prácticas de cosecha en donde de entrada ya pierden un 20 a 30 por ciento de su producción. Posteriormente, trasladan lo cosechado a los centros de acopio en donde se realiza la selección de las mejores raíces por forma y tamaño, y se elimina otro 30 por ciento. Además, si no cuentan con cámaras frigoríficas para conservar la zanahoria, ésta debe ser trasladada lo más rápido posible a los puntos de comercialización.
Realmente duele ver que tanta producción no sea bien aprovechada, pues solo un poco de lo que se desecha en el momento de la selección es utilizado para alimento de animales, mientras que el resto prácticamente se tira y se pierde.
Esta zona del país necesita urgentemente de una fábrica, que pueda convertir todo ese remanente de zanahorias en jugos concentrados o combinados; en zanahoria deshidratada; en polvo para esencias, para la cosmética; en síntesis, darle un valor agregado a la producción.
Pero esto que decimos no es nuevo, hace más de 10 años que están con la esperanza de que alguien se anime a montar una industria en María Auxiliadora. Sin embargo, hasta el momento nadie del sector privado, y mucho menos del sector público, ha asumido el reto; de invertir en tecnología; brindado asistencia técnica e interesando a los productores en proseguir con el cultivo de este noble alimento; a promocionar sus bondades y posibilidades de exportación al menos entre los países vecinos.
Definitivamente, tenemos que dejar de pensar como país productor de materia prima y darle valor agregado a lo que producimos para ganar más dinero; generar mejores opciones para los productores y lograr más divisas para el país. No obstante, para lograr eso debe haber una conjunción de trabajo de los productores, sector público y sector privado, pero por sobretodo, el deseo y la voluntad de todos de trabajar por la superación social y económica del Paraguay.
Se dice que la zanahoria es buena para la vista, lastimosamente, los productores de María Auxiliadora no pueden “ver” crecer este negocio.