El parlamentario del Mercosur y miembro de la Comisión Nacional para el estudio y acompañamiento de las negociaciones del Anexo C de Itaipú, Ing. Ricardo Canese, siguió virtualmente la mesa redonda de expertos internacionales “Escenarios de negociación, aplicando métodos de decisión multicriterio y teoría de juegos: revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú”, organizada por la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Al respecto, remitió sus comentarios a la citada comisión, que compartió también para estas páginas.
Lamentablemente, el gobierno de Mario Abdo Benítez se niega a ejercer la soberanía hidroeléctrica, interpretando incorrectamente el artículo XIII del Tratado de Itaipú. Lo interpreta según la óptica y el interés de los grupos más concentrados del Brasil, que quieren seguir confiscando nuestra energía a precio vil, ahora y después del 2023.
Sin definir claramente una agenda, el gobierno de Mario Abdo Benítez ha presentado sus ideas ante la Comisión Nacional de Seguimiento de la Revisión del Anexo C de Itaipú del Congreso Nacional, anunciando que comenzó a negociar con el Brasil al respecto. Este solo hecho es extremadamente grave, pues indica que no hay agenda paraguaya y que el que marca el ritmo del baile es la otra Alta Parte Contratante, retumbando la frase “tarifa más baja para el Brasil”.
Como Alianza GANAR hemos propuesto reducir la tarifa eléctrica hasta en un 90% para los que pagan hasta 50.000 G./mes –los más humildes de los humildes– y luego en forma gradativa: 75% para los que consumen de 151 a 300 kWh/mes; y de 25% menos, para los que consumen entre 301 y 500 kWh/mes.
El Brasil está viviendo, desde fines de 2013, un momento crítico en su sistema eléctrico. Los reservorios de las numerosas centrales hidroeléctricas que posee –y que abastecen la mayor parte del sistema eléctrico brasileño– están en su nivel mínimo desde hace más de un año, hasta ahora. El precio de mercado de la electricidad en el Brasil, el “precio de liquidación de diferencias” (PLD), se ha mantenido por encima de 300 US$/MWh, pues para satisfacer la demanda, debe quemar hidrocarburos (gas natural, y/o derivados de petróleo) que cuestan unos 300 US$/MWh.
En Itaipú pretenden endeudar al ente binacional a través de “bonos soberanos”, supuestamente para la modernización tecnológica de la central, por unos US$ 500 millones. La actualización de la central corresponde a los gastos de explotación y que, como tales, deberían ser autofinanciados y no tendrían por qué implicar endeudamiento alguno. Son gastos normales a planificar y ejecutar regularmente en el marco de la explotación del servicio, regido por el Anexo C.
Surge la información de que habría predisposición de referentes del gobierno de Cartes para encarar Corpus –así como Aña Cua y la instalación de otras unidades más en Yacyretá– con la Argentina en el marco del Tratado de Yacyretá y, se afirma, con apenas soluciones parciales a los problemas arrastrados. No es este el mejor enfoque de los intereses nacionales, pues la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) tiene una práctica inequitativa que va a ser difícil de cambiar, aún si se resolvieran los graves incumplimientos del tratado y, en general, de los principios de soberanía y equidad.
El Brasil está viviendo un momento crítico en su sistema eléctrico. Los reservorios de las numerosas centrales hidroeléctricas que posee –y que abastecen la mayor parte del sistema eléctrico brasileño– están en su nivel mínimo, al mismo tiempo que crece la demanda con nuevos máximos históricos. El precio de mercado a corto plazo de la energía eléctrica en el Brasil, el denominado “precio de liquidación de diferencias” (PLD), alcanzó su techo máximo (el Gobierno no deja que suba más), de 822 reales por MWh, unos 335 US$/MWh al cambio de la fecha. Ello quiere decir que el sistema eléctrico brasileño, para satisfacer la demanda eléctrica, debe quemar hidrocarburos (gas natural, y/o derivados de petróleo) que cuestan, como mínimo, 335 US$/MWh.