El viernes 1 del presente mes, la central hidroeléctrica Itaipú “conquistó el título de Guinness World Records en la categoría mayor producción acumulada de energía hidroeléctrica, luego de superar los 3.038 millones de MWh de energía generada desde el inicio de su operación en mayo de 1984″, publicaba ese día la oficina de comunicación de la entidad binacional.
La cercanía de la revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú -al menos de los plazos formales -, una vez más subordina la verdad sobre ciertos perfiles del coloso Itaipú. En esa escalada de publicaciones acerca de las tratativas, la intensidad de las mismas y la potencia de los mensajes disparados dependen de la armonía o su ausencia en las negociaciones.
“Las Altas Partes Contratantes crean, en igualdad de derechos y obligaciones, una entidad binacional denominada Itaipú, con la finalidad de realizar el aprovechamiento hidroeléctrica a que se refiere el Art. I”, consagra del Tratado de Itaipú en su Art. III.
Faltó poco para que el Paraguay realizara el viejo sueño de aprovechar el 50% que le corresponde de la producción de Yacyretá, según se desprende de informes publicados en fuentes argentinas de la Entidad Binacional Yacyretá y de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa).
Las fechas se suceden, a veces lentamente; otras, con mucha prisa. No obstante, a pesar de que seguimos arrancándolas como hojas de un calendario aún con cierta esperanza, en el momento de la sinceridad nos percatamos de que ni la estrategia para su “revisión” está clara; eso a pesar de los 51 años y cuatro meses que transcurrieron desde la firma del Tratado o de esos 40 años y tres meses luego de irrupción del coloso en su etapa de la producción, o tan solo de ese un año y cinco días después del vencimiento del plazo de medio siglo que establecieron para la revisión del Anexo C.
La publicación de la Memoria 2023 de la ANDE generó una rápida de reacción de especialistas en el tema, en un momento en que su actual administración es blanco de reiterados cuestionamientos, principalmente desde la bancada opositora de la Cámara de Senadores.
Setenta y cinco días después de que los gobiernos de nuestro país y del Brasil definieran las “directivas” sobre la entidad binacional Itaipú, destacadas en siete puntos nada se sabe del Anexo C. A pesar de que en su último párrafo, con una presentación diferente, incluye el compromiso de los gobiernos de “concluir” la revisión de dicho anexo del Tratado antes del 31 de diciembre de este año, el Poder Ejecutivo se llamó a silencio sobre el mandato del numeral VI de esta parte del Tratado.